5 hábitos que hay que erradicar para mantener la silueta

En esta nota, un ranking de los factores que boicotean nuestra dieta sin que nos demos cuenta 5 hábitos que hay que erradicar para mantener la silueta Hay ciertas conductas de todos los días que, sin darnos cuenta, hacen que sumemos lentamente algunas cifras a nuestro talle. Para identificarlas y hacerles frente, no te pierdas los consejos de esta nota.

  • Síndrome Pre-Menstrual: ¿A quién de nosotras no le pasó, o mejor dicho, no le pasa cada mes?. A la mayoría de las mujeres nos da hambre de algo dulce dos días antes de menstruar. Eso se debe a cambios hormonales que nos llevan a pasar por distintos estados de ánimo. Debemos estar preparadas para esos días: bebidas Light, yogures descremados con frutas, gelatinas y postres dietéticos pueden ayudarnos a prevenir la pasada por el kiosco que nos arruina. Obviamente que 1 chocolate no mata a nadie, pero si uno se convierte en 5 y se multiplica por los dos días previos a la regla por los 12 meses del año, se convierte en todo un número. Comer compulsivamente ante cualquier tipo de angustia o estrés es un hábito que puede llevarnos a aumentar de peso sin darnos cuenta.
  • Mentiras Piadosas: Muchas veces nos vemos llevadas a expresiones tales como “Esta remera se encogió” o “Lo importante es lo de adentro, el aspecto físico es secundario”. Sin negar la importancia absoluta de la personalidad, argumentos como estos pueden funcionar como mecanismos de negación del propio cuerpo, lo que lleva a la persona a minimizar los aumentos de peso, y pasado cierto tiempo, nos damos cuenta que tenemos 5 kilos de más y nos preguntamos cómo es que los subimos. Si bien cierto es que no es prioridad en la vida estar flaca sino saludable, cierto es también que después de descuidar nuestra dieta y aumentar de peso, somos las primeras en quejarnos y malhumorarnos porque estamos gordas, entonces, si nos desbandamos con la comida, en vez de justificarnos, debemos asumir que si queremos mantener nuestro peso, después deberemos hacer algo para compensar lo que hemos ingerido.
  • Los fármacos para bajar de peso: En estos casos, el remedio puede ser peor que la enfermedad. No es conveniente utilizar pastillas para bajar de peso, pues éstas contienen aorexígenos, diuréticos y laxantes, y cuando dejamos de tomarlas se produce un efecto rebote que produce constipación y aumento de peso. El camino correcto es el largo y difícil: seguir una dieta balanceada y prescripta por un profesional capacitado que se adecuará a nuestro cuerpo, nuestras necesidades y gustos.
  • Picotear entre comidas: Galletitas, snacks, golosinas… Todas aquellas cosas que ingerimos sin registrar entre comidas son las que nos hacen aumentar de peso. El desorden atenta contra el mantenimiento del peso justo. Comer sin hambre, sin orden y sin horarios hace que vayamos aumentando la cantidad y disminuyendo la calidad de los alimentos que ingerimos. La clave para superar este y otros problemas consiste en conocerse a uno mismo: si sabemos que entre una comida y otra nos da hambre, nada mejor que tener a mano una opción liviana y saludable para no ir y agarrar lo primero que encontremos (que generalmente no suele ser Light). Sopitas, barras de cereales, yogures o frutas son excelentes opciones para “picotear” entre comidas. Y no olvidar consumo regular de líquido durante el día, que también ayuda a evitar la languidez.
  • La comida del domingo: El domingo suele ser el día de la semana que más nos autocompadecemos en cuanto a deseos de comida se trata, porque suele ser el día en que nos juntamos con la familia o amigos, o el que decidimos no hacer nada de nada productivo. La pasta o el asado del domingo, el chocolate de mientras miramos una películas, las facturas del mate… se trata de meras costumbres que, dado a que las hemos heredado o las hemos hecho hábito, las seguimos haciendo aún cuando sabemos que no son lo mejor para nuestra dieta. El problema surge cuando idealizamos ciertos hábitos y los alimentos asociados a ellos, aunque sepamos que no es lo mejor que podemos hacer. Nadie dice que el domingo hay que pasar hambre, pero sí es mejor registrar lo que comemos, y no se trata de evitar las reuniones que tanto placer sino de comer cosas sanas o moderar la porción de lo que ingerimos.