Acné,¿ un problema sólo de adolescentes?

El acné tardío se presenta en el 15% de los mayores de 25 años. ¿Cuáles son las causas que pueden ocasionarlo y cuáles son las rutinas y tratamientos para combatirlo? Acné,¿ un problema sólo de adolescentes?
«Cumples 18 años y el acné desaparece«. Este solía ser el consuelo cuando éramos adolescentes y lucíamos la clásica piel de gallina o alguna de sus múltiples variantes, a cual menos atractiva. Menuda sorpresa cuando, pasados los 25 años, en vez de esfumarse, estos enemigos de nuestra belleza proliferaban.

El acné «es un problema casi puramente adolescente«, sin embargo, al pasar esta etapa, lo cierto es que no existe ninguna garantía de que el problema se cure. El acné del adulto, conocido como tardío, se observa en un 15 % de los mayores de 25 años y posee las mismas características que el acné juvenil. Suele atacar la cara -en especial el mentón, las mejillas y la zona alrededor de la boca-, el pecho y la espalda.

Las causas en los adultos son muy variadas: puede relacionarse con el uso de productos cosméticos inadecuados, algunos medicamentos como psicofármacos o corticoides, la vitamina B, pero en la gran mayoría de los casos la culpa es de las hormonas.  

Las causas del problema
El acné del adulto no suele responder a los tratamientos más habituales. En este sentido, es importante acudir a un profesional ni bien se observe que no hay mejorías con los productos comunes, porque de otro modo los granos pueden avanzar hasta dejar marcas como cicatrices, luego muy difíciles de combatir. Una vez que el paciente ha decidido acudir a ver a un médico dermatólogo, el primer paso será indagar en diversas posibles causas, especialmente en las hormonas. Y dado que las mujeres sufrimos variaciones hormonales frecuentes y agudas en el transcurso de nuestra vida, el acné tardío es tres veces más común en nosotras que en ellos. Esto explica, también, que los granitos florezcan con la menstruación.

Otro factor influyente es la vitamina B12, la cual aumenta la seborrea. Ni la manteca ni el chocolate empeoran el acné tanto como el salvado, los alimentos integrales, el magnesio y la levadura de cerveza. Además, esta vitamina está presente en complejos energizantes, multivitamínicos y otros medicamentos, con lo cual se aconseja a quienes tengan acné siempre revisar los prospectos, y consultar a los especialistas.

Otros factores que pueden desencadenar el problema son el exceso de sol, los alimentos picantes y las cremas oleosas. Y cuando de sol se trata, las aguas se dividen: existe el grupo de expertos promotores y el grupo de enemigos. Ya que el sol sirve para secar la piel, pero luego viene el rebote. Porque si bien al principio el sol actúa como un desinflamatorio, también fomenta la proliferación de la bacteria responsable del acné. Así que tomar sol esta permitido, pero siempre en su justa medida.

Tipologías y rutinas
Existen tantos tipos de acné como de personas que lo sufren. En líneas generales, puede ser inflamatorio o no inflamatorio, este último también conocido como comedogénico. Este último se manifiesta con puntos negros, espinillas y puntos blancos; en cambio, en el de tipo inflamatorio, aparecen pústulas (granos con pus) que, según la gravedad, pueden ser dolorosos y también molestos.

Para los casos más leves de acné no inflamatorio, alcanza con recordar un lema: piel seca y limpia todo el día. Lavarse la cara a la mañana y a la noche, para regular la grasitud. Pero no hacerlo con excesiva frecuencia, porque si no la seborrea hace un efecto rebote y la cara se empieza a engrasar. Cremas, protectores solares y limpiadores están permitidos, siempre y cuando sean hipoalergénicos.

Tratar las cicatrices
Tras curar el acné, la preocupación que surge es otra: ¿Me va a quedar la cara llena de pozos de por vida? Hoy existen distintas formas de borrar o atenuar las cicatrices.

Algunas alternativas son:
Subsición: con una aguja especial, se corta el fondo de la marca para nivelar la piel. Se realiza con anestesia local, en 2 o 3 sesiones separadas por 30 días.

Laser de CO2 fraccionado: quema la superficie de la piel, para que sea más homogénea. La ventaja es que, al ser focalizado, la recuperación es más rápida. Requiere entre 3 y 5 sesiones, e implica unos días de posoperatorio, porque la piel queda muy sensible.

Laser de erbio: actúa sobre la capa externa de la piel, produciendo una quemadura controlada. Se puede realizar durante todo el año, y el paciente se retira solamente con una aplicación de protector solar. En comparación con el laser de dióxido de carbono, el posoperatorio es mejor, pero con resultados más sutiles y exigen mas sesiones.