Adaptando tu pareja al nuevo milenio. (II)

En la parte anterior, ya vimos algunas de las costumbres que debemos cambiar para adaptar a nuestra pareja a la vida moderna. En esta segunda parte, 4 situaciones más que debemos descartar de nuestra pareja.. Adaptando tu pareja al nuevo milenio. (II)

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No le hagas un acto de celos cada vez que el se quede hablando con una vendedora sexy: Una cosa es demostrarle que tienes la suficiente autoconfianza como para dejarlo flirtear y dar rienda suelta a su ego. Pero otra cosa muy distinta es quedarte parada asistiendo a la gran función en la que él te enrostra un levante. Poner a un hombre en su lugar (sin transformarte en una bruja, claro está!), es una forma de darte un lugar y demostrar que mereces atención exclusiva. Si la artimaña no entra por su lado psicológico, puedes recurrir a los hechos pagándole con la misma moneda: flirteando con un tipo delante de él, y cuando salte, recuérdale que el hizo lo mismo. En las parejas, las reglas son parejas para todos.

Los hombres no están programados para ser románticos, así que lo mejor es bajar las expectativas: Hay un mito que dice que los hombres no son románticos porque, culturalmente, es la mujer quien se rebana los sesos pensando como armar una noche inolvidable o una cena a la luz de las velas. Algo de eso es un poco cierto: No le pidas a tu chico que llegue a casa con flores y bombones día por medio, porque lo único que conseguirás es amargarte innecesariamente y perder tu tiempo. Eso no quiere decir que debas resignarte de por vida, pues sí corresponde esperar de el gestos románticos, aunque sea una vez cada tanto. Y si no lo hace, no tengas miedo de pedirle que se ponga las pilas. Originariamente, el hombre creció con la “exigencia” de no demostrar su emocionalidad, y se recubrió por otro tipo de obligaciones más pragmáticas. La dedicación excesiva al trabajo es otra de las maneras en que los hombres reprimen sus necesidades emocionales íntimas. Otra razón por la que los hombres se resisten a revelar sus sentimientos es que eso simplemente parece demasiado femenino. En cambio, la tendencia actual es decir a los hombres que tomen conciencia de su costado femenino. Pedirle amablemente que tenga gestos de afecto es una buena forma de ir acercando a tu amorcito a un estado de romanticismo.

Los hombres, ante todo, son hombres, y por eso debes acostumbrarte a su comportamiento bruto: A veces te sorprende comiéndose las eses o eructando en la mesa ¿Cierto? Bueno, no tienes por que soportar ese tipo de comportamientos. Si lo excusas pensando “y bueno, es un hombre» , solo estarás rebajando tus expectativas y aprendiendo a convivir con un animal. Las competencias con bebidas, escupidas y eructos al estilo adolescente, obviamente son criterios absurdos de virilidad.. Un macho llega a ser hombre cuando aprende a ser amable con una mujer. Esto quiere decir que, si quiere comportarse como un hombre, es mejor que deje de ser ordinario, porque para convivir con un animal mejor nos compramos un perro.

Deseas que el encuentre tu punto G: ¿Por qué deberíamos esperar a que un día llegue a pasar lo que tanto estamos esperando… ahora? Muchas veces, por no dañar el ego de nuestro chico, cerramos la boca ante la posibilidad de decirle que haga tal o cual cosa de otra manera en la cama. Pero hay una manera de hacerle llegar nuestras intenciones sin que se sienta atacado: diciéndole las cosas al estilo “sugerencias” y animándote a ponerle la mano (o lo que sea) donde más te guste, y decirle suavemente que, con qué presión y qué velocidad quieres que te mime. Acto seguido, pídele que te diga como hacer para satisfacerlo. De esta manera, sentirá que no es el único de quien se esperan grandes hazañas.