Cómo decir adiós al dolor de espalda de una manera natural. Parte I.

Un dolor de espalda se origina normalmente por una contractura, por un traumatismo, por una mala postura o incluso por un sobreesfuerzo, apareciendo en cualquier lugar entre el cuello y la zona lumbar o localizándose en una zona concreta y extendiéndose a un área mucho más amplia. Cómo decir adiós al dolor de espalda de una manera natural. Parte I.

¿Por qué se produce un dolor de espalda?

Las causas de un dolor de espalda pueden ser muy variadas y con un origen diferente. El dolor que se presenta en la zona más baja de la espalda, es decir en la parte lumbar, suele ser el más frecuente y causado por movimientos fuertes que provocan distensiones o presiones en esta zona.

Un dolor de espalda puede ser debido a muchas causas como una degeneración de las vértebras, un tumor, una infección, una sobrecarga o traumatismos entre otros. La causa concreta puede llegar a resultar difícil de identificar puesto que puede comenzar en los tejidos más blandos, en el hueso, en el disco intervertebral o incluso en los nervios que unen todas estas estructuras.

Algunos de los factores de más riesgo para que se sufra un dolor lumbar incluyen los trabajos en los que se deben hacer movimientos muy repetitivos, también aquellos en los que se utiliza maquinaria industrial, el consumo de tabaco o una mala postura a la hora de dormir. La práctica de deportes como el esquí o las carreras, enfermedades como la artrosis de la columna, la osteoporosis o una hernia de disco, también pueden ser causantes de que se sufra un dolor de espalda, de igual manera que sufrir de ansiedad, de depresión o de estrés que también se encuentran vinculados directamente con este tipo de dolor. Un mal estado físico, un exceso de peso o el envejecimiento natural son otros de los factores que predisponen a este tipo de dolores.

Prevenir los dolores de espalda

Es imprescindible aprender a usar determinadas posturas para conseguir prevenir los dolores de espalda como por ejemplo, cuando se busca un objeto que se encuentre a una altura superior a la de nuestros hombros, es importante poner los pies sobre una base sólida. Tampoco se deben levantar objetos pesados y siempre, cuando se levante un objeto del suelo, se deben usar las dos manos mientras se flexionan las rodillas y se efectúa el esfuerzo sin doblar en ningún momento la espalda.

Si se trabaja frente a un ordenador no se deben tener los hombros en tensión e intentar no permanecer más de 40 minutos sentado. Es conveniente hacer un pequeño descanso para levantarse y caminar durante unos minutos.

Si se duerme boca arriba es necesario recordar que se produce una presión sobre la espalda de unos 24 kilogramos, por lo que se deberá colocar debajo de las rodillas un pequeño almohadón. Si en cambio se duerme de lado, el almohadón debe colocarse entre las piernas para que las caderas no roten y no aumente por tanto, la presión en la espalda.

En el caso de las mujeres es importante evitar el uso de los tacones y en cualquier caso, es decir, tanto para hombres como para mujeres, el consumo de alcohol y de cigarrillos.