Con los deditos ¡No!

Con este título comenzaba un famoso comercial que se dirigía en exclusivo a un producto para eliminar el acené de los adolescentes. Pero no es el caso, hoy me animo a desafiar al creador del mismo, y a decir: ¡Sí, con los deditos sí!
Pero de manera muy alegre, me pondría a cantar la típica canción infantil: «Este dedo es la mamá, este otro es el papá…» Por si te quedo alguna duda, hoy hago alusión a nuestros deditos, a desmentirle a esos machistas su idea sobre ellos (sí! mente podrida!)
Veremos cinco items distintos en que nuestro amorcito se volverá loco en nuestras manos, siempre hay un permiso de las manos para pasar directo a la boca y viceversa (epa!). Adelante, atrevida…

Si bien sabemos que cada rincón de su cuerpo tiene una temperatura diferente, hay algunos (evaluados y probados por mis propias manos) que tenemos la necesidad, que debemos atrevernos a elevar, quizás algunos olvidados.
Veamos el tipo de mimo y hasta que grado subirá tu amorcito. Con los deditos ¡No!

Item 1. Serás una vampiresa La pasión directo al cuello. Podrías comenzar directamente con un masajito y luego permitirle a tu boca firmar parte de ese cuellito, y precisamente debajo de su oreja (punto débil, si lo hay). Por si no estas al tanto, el cuello es una de las zonas más erógenas del cuerpo, y más popular por cierto; así como lo son la nuca y los hombros, por donde se podría organizar un lindo y entretenido tour. ¿Consejito? Comenzemos con algunos toquesitos como si fueras una masajeadora de luxe, pero al darle el permiso a esa boquita, animáte a dar golpecitos con tu lengua y al cerrar tus ojos, porque no que se trasforme en helado. Ahora pon en funcionamiento tu imaginación, y…dejala correr (la lengua y la imaginación)

Item 2. Dulce, dulce… Directamente al huesito dulce, luego de un lindo masaje en la espalda, y una vez deshecha de los nudos. En el huesito dulce, al final de la espalda y antes de los muslos, existe una enorme concentración de nervios que estan directamente vinculadas con tu ya sabés qué. Estos nervios pueden estimularse manual y oralmente, y el método podría ser subiendo o bajando por la espina dorsal.

Item 3. ¡Peligro! Te va a rogar sobre esto, que no pares. Debemos exigir, ya que aquí es él quien va a disfrutar más, por ello le pediremos a nuestro amorcito que se siente o acueste, para que podamos hacer nuestro trabajo, para que nuestros dulces deditos recorran sus rodillas hasta quien dice donde, con suaves y delicados toquesitos. Y digo dulces por que si eres atrevida y te gustan los sabores, puedes meter los deditos en helado o dulce de leche, porque no. Y si vas por mucho más directamente un hielo en tu boca no iría nada mal. Un procedimiento universal es (dicho por Alessandra Rampolla) el cuidado para no causar dolor en una caricia que en principio debería causar placer; dirigiéndonos en especial a sus mellizos que son bien delicados.

Item 4. Sólo para expertas Digamos que si sabes de todo un poco, sabrás que las huellas que existen en tus dedos, mejro dicho en tus yemas de los dedos, son únicas (como vos!) y por ello causarán sensaciones únicas. Aquí debemos jugar demasiado con ellos, con las formas que puedes causar con tus dedos, ya sea en una zona seleccionada, no necesariamente siempre al sur, Mujer. Puedes apuntar a jugar esta vez de abajo hacia arriba, es decir por sus pies, que bien sabemos que constan de varios puntos de «escalofrios», de terminaciones nerviosos que pueden llegar a dejartelo a punto caramelo. No sólo con tus dedos puedes hacer caricias, sino que debes saber que entre los dedos y las bocas existe una relación pasional muy importante, y es por ello que tu amorcito verá las estrellas cuando veas que te chupas los dedos, o que colocas los suyos, y luego los de él en tu boquita, lo más sensual posible, sin sacarle los ojos de encima.

Item 5. Siempre llevando la delantera. Último item, este trata sobre tu delantera, ya sea grande o pequeña, aquí el tamaño no juega, los que juegan son ellos. Sí como lees, aquí juegan los llamados puntitos, timbres, o como más te guste. El «ejercicio consiste en roces con tus pezones, esto acabará con ambos, por eso es el último, los roces con ellos exitará tanto a uno como al otro. A él por sentir el contacto de esas partes de tu cuerpo que tanto lo enloquecen, y a ti no hace falta que te lo explique, no es sólo una parte sensible.