Cosas que una chica independiente debe eliminar de su vida. (Parte I)

Para las mujeres actuales, que son independientes, siempre hay pequeñas fobias y taras que suelen tirarnos abajo, en especial, cuando estamos solteras y/o inseguras de nosotras mismas.
En esta nota, 12 malos hábitos que es mejor desterrar de nuestra vida. Cosas que una chica independiente debe eliminar de su vida. (Parte I)

Tú y tu vida están diez puntos, ¿no? Perfecto, entonces. Pero (siempre hay un «pero»…) tal vez no te estés dando cuenta de hasta qué punto ciertos pequeño  patrones «inofensivos» en tu conducta suelen interferir con tu psiquis, desgastan tu energía y llegan a impedir que alcances a pleno todos tus objetivos. Vamos, sé sincera: ¿acaso nunca cometiste el pecado de repetir en público lo gigante que es tu retaguardia o de debatir contigo misma durante media hora, todas las mañanas, qué par de botas te queda mejor? Esas viejas rutinas (aparentemente inocuas, pero autodestructivas) te mantienen atascada en el mismo punto de siempre e, íntimamente, pueden hacer que sientas que nunca pasas al frente aunque te vaya bárbaro Al margen del tamaño real que tenga tu retaguardia, eliminar estas taras que se filtran en tu vida te ayudará a brillar con una luz distinta y a ganar mucha más energía. Es hora de patear los últimos bultos de ese equipaje mental que todas, por una cosa o por otra, arrastramos. Así que definamos los más insoportables tics que nos acosan y veamos cómo sacudirlos de nuestros hombros.

Contar tu vida personal en la oficina: Relatar tu maratón sexual de anoche (o lamentarte por los meses sin novedades en la cama); protestar porque tienes el auto en el taller o porque la resaca te duró todo el domingo, en fin, sacar a relucir los asuntos personales en la oficina siempre se te puede volver en contra (siempre, ¿Ok?). Como mínimo, es algo que hace que los demás piensen que no estás ahí al 100% y que quizás no seas confiable, o profesional, o quién sabe qué… La regla de oro dice: cuando te encuentras trabajando, debes trabajar; y cuando estes con tus amigas, podrás darle rienda suelta a todo lo demás. Pues de esta manera, te evitarás más de 1 disgusto.

Costumbres poco glamorosas: Cuando te encuentras en pareja, sobre todo desde hace mucho tiempo, es casi inevitable que ciertos rituales «sucios» terminen por manchar tu novela rosa, como dejar tu protector femenino en la cima del tacho de residuos para que cualquiera que levante la tapa lo vea. Quizás estás tan feliz y relajada, o tan acostumbrada a estar sola, que no notas lo desagradables que pueden resultar algunas de tus costumbres. Pero, ¡ojo!, porque pueden bajarte de un hondazo del pedestal y corroer la imagen que tu chico tiene de ti. No se trata tampoco de estar todo el tiempo en situación de diva, pero de ahí a depilarte frente a tu chico hay una gran distancia… Para que la rutina no extermine tu pareja, deja esas cosas anti libido para tus momentos de soledad.

Fobia de la mesa para uno: Cuando llegas a un restaurante sola, tu eres la única que está pensando “Dios, qué solterona patética que soy», y no el mozo o el chico lindo de la barra. Lo más probable es que eso que crees que los demás opinan de ti sea una proyección de la fijación que tienes acerca de ti misma. Se trata tan solo de ciertas creencias que bloquean nuestra capacidad de acción… y se vuelven profecías autocumplidas. Por eso, lo mejor es olvidar este autoprejuicio y, en lugar de mantener la mirada baja y hacerte la compenetrada en tu ensalada, relájate y disfruta. Mézclate en la multitud. Conversa con el mozo sobre el vino, pregúntale a alguien que esté cerca qué recomendaría, imagínate historias sobre las parejas que ves… Si te conectas con el entorno en lugar de hundirte en lo que pasa adentro tuyo, tu estigma de solterona patética desaparecerá. Fashion Victim: Desfallecer por cada nueva tendencia, tener siempre lo último de lo último y colgártelo todo junto como un árbol de Navidad, no te deja sentir a gusto con tu propia piel, simplemente porque te la tapa: estás todo el tiempo obedeciendo mandatos en vez de buscar tu propio estilo. Guíate por tu intuición: vas a sentirte más sexy si apuestas a lo que seguro te queda bien, como esa blusa que muestra tu escote o ese vestido que le da curvas hasta a una tabla. Piensa en la forma en que se viste alguien a quien admires: ¿Es realmente una esclava de la última colección o desarrolló su look personal? Para conseguir lo mismo, tienes un solo camino: dejar de acatar las órdenes de las vidrieras, y animarte a ser tu misma.

El humor auto destructivo: Lamentarte de tus rollitos y remarcar tus puntos débiles sólo va a lograr que atraigas la atención sobre detalles que nadie más que tu notaria… si mantuvieras la boca cerrada, claro. Pues así como un pensamiento negativo atrae otro igual, focalizarte en tus mejores aspectos ayudará a que los demás hagan lo mismo. Por eso, la próxima vez que estés a punto de quejarte porque tu cola está caída, siéntete bien de que tu escote está donde tiene que estar y destierra de una vez por todas esa imagen negativa que tienes de ti misma.

Los maratones mentales: Lo sabemos: eres una chica moderna y tienes que enfrentarte a millones de decisiones cruciales por día… pero ponerte a deliberar sobre qué cartera vas a usar hoy o agonizar para elegir entre ensalada vs. dos empanadas en el almuerzo, puede volverte loca de tanta duda. ¿Qué tal si como regla te quedas siempre con la primera opción que se te ocurrió? Después de todo, si eres así de obsesiva, ninguna decisión tuya puede estar tan mal. Debes aprender a confiar en tu criterio, pues si analizas todo hasta el cansancio, posiblemente descartes, por agotamiento mental, una idea mejor que la que finalmente elegiste. Otra pauta para decidir en paz: en lugar de pensar continuamente en el problema, ponte a hacer otra cosa, como caminar, hablar con una amiga o leer un libro. Seguramente después de un rato, cuando aflojes con la presión, podrás decidir lo que sea sin tantos titubeos. No te pierdas la segunda parte de esta nota, para liberarte de una vez por todas de estas conductas tan negativas para nuestra autoestima.