Dile adiós a la culpa del Shopping!

A todas nosotras nos pasa (o nos ha pasado alguna vez) que salimos de compras y volvemos cargadas de cosas que nunca vamos a usar, o nos damos cuenta que nos hemos gastado en ropa y accesorios la plata que teníamos reservadas para las próximas vacaciones.
En esta nota, algunos consejos para no sentirnos culpables luego de una maratón de compras. Dile adiós a la culpa del Shopping!

¿Cuántas veces te ha pasado que fuiste al shopping con la intención de comprarte un jean y una remera, y vuelves con 10 bolsas de las cuales ninguna contiene el objetivo inicial de la compra?. Es entonces cuando te ataca el fantasma de la culpa, la culpa del Shopping, el cual puede arruinar el placer de comprar y convertir todas esas bolsas con cosas nuevas en un signo de debilidad y frustración. Ya sea porque te has gastado toda la plata del mes, o porque has tocado esos ahorros que tanto estabas guardando, siempre hubo y habrá un motivo: no se puede zafar de la culpa. La pregunta es entonces, ¿Deberíamos quemarnos la cabeza por eso? Las publicidades suelen identificar la felicidad con el consumo. Las personas vulnerables a este tipo de mensajes, experimentan un impulso irreprimible por adquirir cosas y luego se arrepienten porque compran objetos poco útiles o gastan mas de lo que pueden. La culpa llega porque saben que no hicieron lo correcto. Como pasa con otras compulsiones extremas, con la de las compras no existe casi la voluntad, la satisfacción es la de corta duración y se suele entrar en una espiral de la que difícilmente pueda salirse sin ayuda profesional. Pero a no alarmarse, pues no todas las personas que aman ir de compras y un día se exceden son compradoras compulsivas. Si es una conducta esporádica, no hay porque renunciar a algo que nos da satisfacción… siempre y cuando se mantenga el control sobre ese acto y sus consecuencias. A continuación te detallaremos las crisis post-shopping más comunes, y una vez que conozcas las claves para transformar la culpa en un sentimiento positivo, verás como tu autoestima queda indemne… y tu tarjeta de crédito también.

Crisis 1: Gastaste más de lo que podías en unas baratijas. Estás orgullosa de haber resistido la tentación en ese negocio carísimo, tan orgullosa que te premiaste con algunos “básicos” en un negocio lleno de ofertas. Te sientes un genio, pero cuando llegas a tu casa te das cuenta que de todas formas gastaste la misma cantidad de plata que hubieras gastado en el negocio que querías originalmente, pero con la diferencia que en vez de 1 cosa, te has comprado 4. Es entonces cuando lamentas tu “sensata” inversión. Terapia: El primer paso es aceptar que te engañaste a tí misma, hecho que no siempre resulta muy fácil, y luego debes observar lo que compraste y preguntarte si ha sido una buena compra o has tirado la plata a la basura. En este último caso, no dudes en ir a cambiar lo que no te sirve por algo que realmente valga la pena. Luego de esto, analiza realmente la situación y no olvides la próxima vez, seguir más de cerca tu objetivo inicial.

Crisis 2: Buscabas un tapado y te compraste unos jeans que no necesitabas. La plata que tenías destinada para ese tapado ya se ha evaporado, y encima sigues sin un abrigo para ir a la oficina. Te sientes culpable y tonta por haber derrochado ese dinero. Terapia: Lo primero que debes preguntarte es si ese jean lo puedes cambiar por el tapado que necesitabas, si es así, solucionado el problema, pero en caso contrario, haz algo que te ayude a subvencionar el gasto a corto plazo, como ser evitar alguna salida o trabajar un par de horas extras, así entonces, cuando salgas con tus nuevos y divinos jeans, valorarás más el esfuerzo que has hecho para conseguirlos y la próxima vez lo pensarás dos veces antes de caer en la tentación.

Crisis 3: Saliste a acompañar a una amiga al Shopping y te propusiste no gastar nada, pero cuando vuelves te das cuenta de que tienes la billetera… y las manos vacías… Cuando sales a acompañar a alguien, hay muchos gastos que no tienes en cuenta pero que verdaderamente suman: un taxi, un almuerzo, un café… y cuando vuelves a tu casa y encima no has comprado nada tangible, te das cuenta que gastaste plata que no debías en algo que se ha evaporado. Terapia: Si pasaste un día genial ¿Por qué sentirte mal ahora? Aumenta tu valoración del tiempo que disfrutas, no solo los bienes materiales son los que dan satisfacción, y a veces, invertir en pasar tiempo con alguien que te hace sentir bien genera más bienestar que una remera nueva.

Crisis 4: Aunque solo necesitas una cosa, llenas el carrito del súper. Saliste a comprar unos fideos para comer a la noche, pero ya que estás te compras un postrecito, vino, leche, pan y un pack de oferta de bombones. En resumen, compraste una montaña de comida y no solo te gastaste una montaña de plata sino que te sientes culpable de pensar que vas a comer… y engordar todo. Terapia: Para ir al supermercado, nada mejor que hacer una lista y acatarse a ella. Además, no hay que ir con hambre a comprar comida, porque terminamos comprando cosas que realmente no nos son necesarias… y a nuestra dieta tampoco. Ahora que compraste todo eso que no debes comerte sola, aprovecha para invitar a tu chico o haz una reunión de amigas y disfrútalo, pero en su medida justa. Tips para salir de compras:

  • Redacta una lista minuciosamente ordenada antes de salir de compras (prioridades, cuando presupuesto tienes para cada cosa…) y proponte firmemente atenerte a ella.
  • Trata de utilizar efectivo y deja la tarjeta en casa.
  • Antes de comprar algo, pregúntate seriamente si le vas a dar utilidad, si es algo que no te sirve, no dudes en dejarlo.
  • Si te gusta algo y no puedes reprimir el impulso de comprarlo, aunque duela, hazlo, y deja pasar unos días para ver si el capricho persiste o era solo una cosa momentánea. En caso de que sigas queriéndolo “desesperadamente”, analiza tus cuentas y busca la forma de comprarlo sin que afecte a tu presupuesto.
  • Lleva una lista diaria de tus gastos y revísala semanalmente, luego destaca con resaltador esos gastos que son inútiles y elimínalos de tu consumo.