Dolor al hacer el amor. Parte I

Hacer el amor es un acto en el cual, además de compartir sentimientos y pasión, se experimenta de un placer sin igual. Sin embargo, no siempre se tiene satisfacción, en ocasiones esta práctica se torna dolorosa, dejando malestar tanto emocional como físico. Dolor al hacer el amor. Parte I Cuando se hace el amor con la pareja, se supone todo debe ser por gusto y placer, sin embargo no siempre es así; y si bien no necesariamente se puede dar un culpable, si hay ciertos comportamientos, factores o conceptos que se deben tener presentes si se quiere evitar un mal trago en un momento que debiera ser todo lo contrario.

Por lo regular, la mujer es quien se ve mayormente involucrada en episodios donde el placer queda muy lejano a lo que está experimentando, ya sea porque para ellas el acto es más invasivo que para un hombre por la propia naturaleza de sus cuerpos, o por la misma complejidad de su comportamiento y soltura en esos momentos.

Si bien la mujer ha tenido que pasar por una revolución para exigir su propio placer acabando con una cultura machista, hay comportamientos que aún están vigentes, de igual forma el hombre también puede experimentar dolor aunque esto es  con menos frecuencia.

Por lo tanto, si se nota una relación dolorosa hay que intentar identificar la causa, en su mayoría se debe a una falta de lubricación, sin embargo la respuesta no queda así de simple, una falta de humectación genital puede deberse a diversos factores, que entre los más destacados:

Falta de excitación: Si bien se mencionaba, el placer femenino funciona diferente al masculino, la mujer requiere de más estimulación para aceptar debidamente la penetración, los juegos previos, una atención adecuada de la pareja, así como la relajación de la mujer misma son vitales para lograr este acto.

Más tiempo de preámbulo: acariciar y besar zonas erógenas más allá de los genitales, buscar el tiempo y el momento adecuado evitando factores que puedan interrumpir el momento, desconectarse de toda tarea ajena como pensar que ya hay que lavar las sábanas o lo que se debe comprar para la comida. Además se debe dejar de lado la autocrítica, usualmente la mujer aprovecha momentos de intimidad para hacer notorios defectos de su cuerpo, acto que sin duda acaba con toda la pasión.