El mal aliento y la ovulación

La ovulación puede convertirse en el foco de aparición del mal aliento y hay que tener varias opciones para controlarlo, por si esto llega a suceder. El mal aliento y la ovulación No se pensaría que tuvieran alguna relación, pero a veces las mujeres pueden experimentar días en las que su aliento no es tan normal como los días en los que no ovulan y que a pesar de ser y verse atractivas por este proceso, también pueden sacar corriendo a cualquier chico con solo decirle una palabra, sin que ellas lo sepan. Esto se ha respaldado por algunos estudio e investigaciones, y se evidencia por el cambio hormonal, las sustancias liberadas y el hecho de que no haya fecundación del ovulo. No hay días exactos en las mujeres, pues algunas pueden sentirlo antes, otras durante la ovulación, unas cuantas después de esta etapa y durante el periodo menstrual o incluso durante el embarazo. 

La concentración de las bacterias que no necesitan de oxigeno y que se alojan dentro del cuerpo, se pueden producir malos olores y liberar sustancias como el sulfuro de hidrogeno mientras se presentan los cambios hormonales entre ellas el aumento de producción de estrógenos que afectan el tejido bucal y por ende el olor de ella, sin necesidad de que se presente una mala higiene o producción de gases en el estomago. Como es un problema fisiológico, la duración depende de cada cuerpo y de cómo se acomode a esos cambios de hormonas y también que no a todas las mujeres les pasa lo mismo, pues cada cuerpo es diferente. Lo mejor siempre es tener la opinión pero de una persona confidente, que pueda evaluar estos cambios, que tenga confianza y que pueda decir si pasa muy seguido o solo durante unos días, o incluso si es permanente y tal vez ni tenga relación con la ovulación.

Hay maneras de controlarlo pero parcialmente, una de ellas es el mecánico, que se refiere al cepillado de dientes, junto con la seda dental y el uso de enjuague bucal para que puedan eliminar todo tipo de rastros, sobre todo en las personas que emplean algún tipo de prótesis parcial o total. No hay que olvidar el cepillado después de cada comida y jamás dejar de lado el área de la lengua pues en ella se alojan muchas bacterias. El control de tipo químico ya tiene que ver con enjuagues bucales recetados, que tienen composiciones fuertes pero eficaces contra este tipo de olores y que no generan intoxicación o algo de qué preocuparse, sino que acaba con las bacterias. 

Hay que tener en cuenta que los productos que tienen presencia de alcohol en su composición puede llegar a resecar la boca y tal vez empeorar la situación, así que hay que asesorarse muy bien de un profesional . También hay  que tener en cuenta lo que se consume y el hecho de «limpiarla» frecuentemente con agua u otro tipo de líquidos como las limonadas, que favorecen la salivación. Las frutas deben consumirse entre comidas y ayudan al proceso de masticación que evita que la boca se quede sin salivar.