Infertilidad. Todo lo que debes saber para prevenirla. (Parte II)

La infertilidad es un tema que podemos padecer todas las mujeres. Por eso hay que tomar conciencia desde temprano, y aunque los planes de tener hijos estén a años luz, hay que cuidar nuestro organismo para no tener sorpresas más tarde. Infertilidad. Todo lo que debes saber para prevenirla. (Parte II)

En la nota anterior hablamos de varios temas que favorecen o ayudan a prevenir la infertilidad. A continuación mencionaremos otros puntos a tener en consideración para cuidar nuestra salud reproductiva.

Períodos menstruales. Es normal tener ciclos de entre 21 y 35 días, e incluso, saltearte uno cada tanto. Pero si tu sangrado desaparece por más de 3 períodos seguidos, experimentas menstruaciones muy dolorosas o que se extienden por más de 5 días,  o son muy abundantes, es imprescindible que hagas una visita a tu ginecólogo. Uno de los trastornos relacionados con estos síntomas es la endometriosis, una enfermedad caracterizada por la presencia del tejido endometrial (capa interna del útero) fuera de la cavidad uterina y que puede dañar potencialmente las trompas de Falopio. Los síntomas incluyen dolor punzante durante las relaciones sexuales y calambres menstruales muy intensos. Lamentablemente, el desorden afecta a entre el 15 y el 30% de las mujeres en edad reproductiva, el 40% de las cuales son infértiles. Si bien no tiene cura, las píldoras anticonceptivas pueden evitar que progrese y preservar tu fertilidad. Otro trastorno, el SOP, consiste en la formación de quistes en los ovarios, que pueden llevar a ciclos irregulares, exceso de peso, acné y aumento del vello corporal. Este síndrome (que sufre cerca del 10% de las mujeres) provoca que fallen dos mecanismos: el de selección (que permite que el organismo elija entre varios folículos u óvulos maduros) y el de dominancia (que sella el triunfo de un óvulo sobre los demás). ¿El principal síntoma? Períodos infrecuentes o la ausencia total de ellos. Muchas pacientes con SOP pueden tener bebés (a menudo con medicación), pero sus chances mejoran cuanto antes se las trate. Los sangrados abundantes o las hemorragias fuera de la menstruación pueden indicar fibromas uterinos (o miomas), que son crecimientos benignos de tejido. Estos son capaces de impedir que un ovulo fertilizado se implante o hacer que disminuya el suministro de sangre al embrión, provocando un aborto espontáneo. Por suerte, los fibromas pueden ser removidos vía cirugía. Incluso, no siempre es necesario un tratamiento. Lo que sí es clave es consultar con un especialista cuanto antes.

Cigarrillo. Seguro que has escuchado al menos una vez que el cigarrillo puede dañar tus chances de tener bebés. Y no es un mito; todos los estudios científicos indican que la prevalencia de la infertilidad es mayor, y el tiempo de demora en lograr la concepción es más prolongado en fumadores que en no fumadores. Pero no es sólo un tu hábito el que daña tus ovarios. Es bastante lógico que, así como crece tu riesgo de sufrir problemas cardiovasculares y cáncer de pulmón cuando inhalas frecuentemente humo de segunda mano, también tengas problemas de fertilidad al compartir el espacio con los que fuman. El impacto de la exposición pasiva al humo del cigarrillo es solo levemente menor al de la exposición directa. Las investigaciones indican que el cigarrillo es perjudicial para los ovarios de una mujer y el grado del daño que ocasiona depende de la cantidad y del periodo de tiempo que una mujer fuma. Aparentemente, fumar acelera la pérdida de los óvulos y puede adelantar varios años la llegada de la menopausia. Se ha demostrado que los componentes del humo del cigarrillo interfieren con la capacidad de las células del ovario para producir estrógeno y que causan que los óvulos de una mujer sean más propensos a tener anomalías congénitas. Y como si todo esto fuera poco, el hecho de fumar también esta asociado al riesgo de sufrir un aborto espontáneo y de tener un embarazo ectópico. La buena noticia (la única en el caso del cigarrillo) es que si dejas de dar pitadas ahora mismo, puedes revertir los efectos inmediatamente. Una vez que haya pasado un tiempo de no exposición al humo, tus chances de concebir pueden no ser diferentes a las de aquellas mujeres que nunca fumaron.

Dietas shock. Un plan bajo en carbohidratos y alto en proteínas puede reducir tus muslos…tanto como tus probabilidades de tener un embarazo saludable. Si consumes excesiva cantidad de proteínas a diario, tu cuerpo produce mas compuestos tóxicos para el organismo, que se transforman en urea en el hígado, y eso puede dañar un embrión antes de la implantación. Las dietas actuales recomiendan limitar las proteínas a no más del 20% de tus calorías diarias. Por otro lado, las dietas bajas en grasa también pueden estropear tus planes de maternidad, pues un estudio de la Universidad de California ha relacionado la falta del período con una ingesta de grasas de apenas del 16% total de las calorías diarias. Las grasas aportan al organismo ácidos esenciales que este necesita para diversas funciones, además de transportar las vitaminas liposolubles. Pero hay que seleccionar las grasas que provienen de pescados y de vegetales, por ejemplo, comer soja, paltas, aceitunas y frutos secos, y usar aceites de oliva y canosa. Un problema importante con todas las dietas que se ponen de moda es que no incluyen una amplia variedad de comidas, por eso, si sigues alguna, es probable que no estés obteniendo una suficiente cantidad de los nutrientes elementales para un embarazo futuro. Uno clave: el acido fólico, que se encuentra en el jugo de naranja, los vegetales de hojas verdes, los porotos, el maní, los espárragos, el brócoli, las arvejas, lentejas y demás productos de granos enteros. Unos 0.4 miligramos por día de acido fólico desde antes de la concepción y durante el primer mes de embarazo podrían prevenir hasta el 70% de todos los defectos del tubo neural (DTN) del feto, que son defectos en el cerebro y la médula espinal. ¿Otros indispensables? El zinc, el hierro y el calcio. La falta de zinc puede afectar los niveles de hormonas reproductivas y dificultar la concepción. Son necesarios unos 8 miligramos por día, que pueden conseguirse a partir de la ingesta de carnes magras, pescado, lácteos y granos enteros. De hierro son necesarios 18 miligramos diarios y se obtiene a partir del consumo de carnes rojas y verduras de hoja. Y por último está el calcio, que es imprescindible para formar la estructura ósea de un feto en crecimiento. Mil miligramos por día a través de los lácteos o las verduras de hoja pueden ser suficientes. Dado que incluso las dietas balanceadas pueden carecer de todos estos elementos indispensables, es recomendable que a la hora de pensar en tener un bebé consultes con tu médico para que te de una acorde con tus necesidades. Lógicamente, la infertilidad no es un tema para tomar a la ligera, o para informar a medias, por eso, en la próxima semana, te daremos algunos tips más para que puedas armarte una idea global de tan importante cuestión.