Legionelosis

La legionelosis es una enfermedad conocida como la Legionelosis

¿Qué es la legionela?

La causa de esta enfermedad viene provocada por un bacilo bautizado con este nombre del que existen varios tipos, aunque predomina sobre todo uno conocido como legionela neumófila debido a que provoca en la mayoría de los casos neumonía. Entre los asistentes a esa convención 180 personas enfermaron muriendo 29 de ellos. Esta enfermedad aparte de producir epidemias puede aparecer también en casos aislados.

Contagio de la legionela

La legionela se encuentra muy extendida por toda la naturaleza sobre todo en las zonas donde existe mucha tierra húmeda o en el agua de los ríos y de los lagos, pasando con suma facilidad por las conducciones del agua, donde las bacterias permanecen vivas durante mucho tiempo, sobre todo en los materiales que se corroen fácilmente como las juntas y las arandelas.

Este microbio puede vivir tanto en agua caliente como fría aunque suele desarrollarse mucho mejor en temperaturas de alrededor 35 grados centígrados. El agua al vaporizarse o salir al exterior con bastante fuerza, forma unas finas gotas que se quedan flotando en el ambiente dentro de las que se encuentra la legionela. Esto suele suceder en las torres de refrigeración típicas de los edificios grandes aunque también en aquellos aparatos de aire acondicionado de los hogares, en los humidificadores o incluso en el chorro que sale de las duchas, grifos y fuentes ornamentales. El viento ayuda a diseminar las gotas hasta lugares más alejados y cuando se respiran llegan hasta los alvéolos de los pulmones donde se provoca la enfermedad. Las legionelas pueden también contaminar el ambiente al remover las tierras húmedas. Aún no está demostrado el contagio de una persona a otra.

Síntomas de la enfermedad.

A los ocho días aproximadamente del contagio se suele experimentar una fiebre de 38 a 39 grados apareciendo ésta de una manera  bien paulatina o brusca que va subiendo y que provoca mal estado en general y escalofríos. También es normal sufrir dolores de cabeza y musculares, una sudoración abundante, náuseas, diarrea acuosa, vómitos, desorientación, dolor abdominal y somnolencia. Pasadas de 24 a 48 horas comienzan los típicos síntomas de una neumonía, como puede ser la tos con una expulsión de esputos que parecen pus, acompañada en ocasiones con un poco de sangre, dolor en un costado que va aumentando cuando se respira profundamente o cuando se tose y una sensación de ahogo. El diagnóstico es confirmado con análisis de sangre o de esputos.

En algunos casos se han llegado a producir epidemias sin neumonía y en estos casos los síntomas son muy parecidos a los de una gripe.

Gravedad

Normalmente la legionela se suele curar en aproximadamente 14 días con la ingesta de algunos antibióticos y sin dejar ningún tipo de secuelas. En cualquier caso en personas con enfermedades crónicas de tipo respiratorios, con diabetes, en personas mayores o en aquellas que tienen pocas defensas, esta enfermedad puede llegar a ser grave.

Prevención

Es necesario seguir las normativas sanitarias para una correcta instalación y un buen mantenimiento de todos aquellos aparatos que tengan riesgo de contagiar esta enfermedad.