Nuestras tradiciones navideñas: El arrastre de Algeciras

Las fiestas navideñas traen consigo una serie de tradiciones, que van íntrinsecamente ligadas a ellas, y que, con ligeras variantes, por regla general son las mismas en todos los rincones de nuestro país. Nuestras tradiciones navideñas: Sin embargo, hay excepciones. Existen algunas costumbres que forman parte de una zona en concreto o de una localidad en especial, y que con el paso del tiempo se han ido convirtiendo en parte de su idiosincrasia y tradición.

Vale la pena conocer algunas de estas costumbres, por lo que en próximos artículos iremos contando las más populares. Hoy le toca el turno a una simpática tradición que tiene lugar durante la víspera de Reyes en la localidad de Algeciras, en la provincia de Cádiz, y que se conoce como “el arrastre”.

Si alguno de los lectores se encuentra de paso en el municipio de Algeciras en vísperas de Reyes, no debe asombrarle despertar el día 5 de enero con un ruido ensordecedor y un gran escándalo, que se deja oír por todo el centro de la localidad.

Nadie debe alarmarse, ya que se trata de una simpática tradición que llevan a cabo los niños del lugar, “el arrastre”. Este día los pequeños, que en los días anteriores han recogido el mayor número de latas vacías posibles, las atan y las arrastran por todas las calles del municipio, provocando un ruido ensordecedor y, por supuesto, pasándoselo a lo grande. Su objetivo es llamar la atención de Sus Majestades, para que esta noche no se olviden de ellos y les dejen los regalos tan deseados.

Como todas las tradiciones, ésta también tiene un origen, en dos versiones, una con mucha fantasía y la otra con más visos de realidad.

La primera versión cuenta que en un monte cercano a Algeciras, conocido como Botafuego, vivía un malvado gigante que, cuando llegaba la víspera de Reyes, formaba una nube gris sobre la población, para así despistar a los Reyes. Éstos no encontraban el camino para ir a las casas de los niños, y los pequeños se quedaban sin regalos.

La segunda versión cuenta que, a principios del siglo XX, época de muchas penurias, se contaba a los niños, para justificar la falta de regalos. que la niebla no dejaba encontrar a los Magos el camino a la localidad.

El arrastre es efectivo para ambas versiones, y los pequeños de Algeciras lo saben. Por eso, año tras año, arrastrarán las latas por las calles a pesar del ensordecedor ruido, porque, desde el momento en que se les ocurrió la idea, Sus Majestades los Reyes Magos siempre han encontrado el camino hasta su bonito municipio.