La realidad es una sola. No existen pócimas milagrosas a la hora de adelgazar.
Pero la ciencia nos ha dado algunas 
Estos son los productos que podemos encontrar:
- Productos saciantes: Se pueden encontrar en forma de batidos, galletas, barritas y hasta incluso como helados. Poseen una gran cantidad de vitaminas y nutrientes para que nuestro cuerpo no eche de menos el alimento tradicional. Se consumen en reemplazo de una o dos de las comidas diarias, pero nunca deben sustituirlas completamente.
- Cremas y geles reductores: Su misión es penetrar en la epidermis y disolver los depósitos de grasa más externos. La utilización de geles como excipientes responde a que poseen mayor capacidad de absorción que las cremas tradicionales. Es importante aplicarlos sin extenderlos demasiado y lo más recomendable es hacerlos con masajes de drenaje linfático, que podemos encontrar en centros específicos de belleza.
- Metabolizadores de grasa: Se comercializan en forma de cápsula o pastilla y actúan sobre la grasa de los alimentos. Sus principios activos aíslan los lípidos en el proceso digestivo, para que sean expulsados, sin digerir, por el organismo.
- Parches: La aplicación es sencilla, pues sólo es necesario adherirlos a la piel. Sin embargo, no es tan clara su forma de actuar. Según algunos fabricantes, los parches reducen el apetito de quien los usa.
- Productos naturistas: Las propiedades de las hierbas han sido utilizadas durante siglos para todo tipo de usos. En su versión renovada, se pueden adquirir comprimidos completamente naturales para complementar cualquier dieta.
- Estimulación eléctrica: En el último lustro se ha adaptado una técnica del deporte profesional para el uso de personas con problemas de peso. Se trata de la estimulación, por medio de electrodos, de las zonas susceptibles de reducción. Los electrodos hacen trabajar al músculo para que queme las grasas de la región tratada.
Si bien todos estos productos para salir al mercado deben cumplir con estrictas normas de salud, no siempre sus efectos son los más recomendables. Pues hay quienes priorizan el beneficio económico a la salud de quienes los consumen.
Por eso antes de aplicar por cuenta propia cualquiera de estos métodos, lo ideal es asesorarse con un médico especialista y estar seguros tanto del origen de los mismos, así como también de que los ingredientes que contengan no sean contraproducentes para nuestra salud.
