La hipoglucemia

El azúcar ingerido con los alimentos que se digiere y se absorbe rápidamente puede producir una brusca elevación en el nivel de glucosa en la sangre conocida como hiperglucemia. La hipoglucemia

Causas de la hipoglucemia

Un súbito aumento de glucosa en la sangre puede provocar una secreción masiva y desproporcionada de insulina por el páncreas, cosa que suele ocurrir en las primeras fases de la diabetes.

Hay también otras causas de hiposecreción de insulina, como por ejemplo algunos tumores del páncreas.

Este exceso de insulina, segregado por efecto de rebote, provoca un rápido descenso del nivel sanguíneo de glucosa, que llega a situarse incluso por debajo de su valor normal, es decir, se produce una hipoglucemia.

La hipoglucemia, además de por una secreción excesiva de insulina, se representa también por una insuficiencia suprarrenal, después de operaciones de estómago, en cuyo caso se denomina síndrome de “dumping” o a causa de una sobredosis de inulina en los enfermos de diabetes.

Síntomas de la hipoglucemia

Cuando el nivel de glucosa en sangre desciende por debajo de los 60 miligramos por cien centímetros cúbicos, existe un estado carencial de azúcar con el consiguiente riesgo de choque (“shock”) hipoglucémico, que se manifiesta por unos síntomas específicos como una sudoración excesiva, cansancio y falta de fuerzas, debilidad muscular y temblores, pérdida de concentración y un estado de semiinconsciencia o somnolencia.

La mayoría de los diabéticos conocen el estado hipoglucémico crónico a través de la aparición de estos síntomas: irritabilidad, palpitaciones, debilidad general y dolores de cabeza.

Recomendaciones dietéticas para la hipoglucemia

Aunque la ingestión de cantidades importantes de azúcar puede provocar hipoglucemia reactiva, como ya hemos explicado, cuando se presenta debe tratarse tomando una pequeña cantidad de azúcar. Por eso los diabéticos suelen llevar siempre algunos terrones de azúcar en el bolsillo. Al ingerir el azúcar, el efecto normalizador se produce con mucha rapidez.

A fin de evitar una repetición de la hipoglucemia, como mucho media hora después  de la ingestión de azúcar, se debe comer pan con queso u otro alimento energético, pero hay que evitar la ingestión de azúcar puro o de otros alimentos muy dulces.

Las personas propensas a la hipoglucemia pueden conseguir una prevención remanente absteniéndose rigurosamente del azúcar incluso en las bebidas refrescante, postres y helados. La miel deben emplearla solamente en muy pequeñas cantidades.

Como fuentes de glúcidos son apropiados los cereales, especialmente los integrales, las patatas y las batatas. La fruta puede consumirse en cantidades moderadas, pues su azúcar se libra lentamente sin estimular en el páncreas una fuerte secreción de insulina.

Lo mejor es realizar cinco comidas al días (tres principales y dos intermedias poco abundantes), pues con ello se evita el rápido aumento del azúcar y su posterior brusco descenso por debajo del valor normal con la consecuencia de un estado carencial de glucosa.

Debe comerse con regularidad y siempre a las mismas horas. La dieta que deben seguir las personas propensas a la hipoglucemia, es la misma que la de los enfermos de diabetes, tanto en cantidad como en calidad.