Sobreviviendo a los golpes de la vida…

Muchas veces, en la vida nos toca afrontar situaciones difíciles como un despido, una ruptura o una traición. Aunque parezca imposible, esos desastres pueden superarse, y podemos resurgir de nuestras cenizas cual ave fenix.
En esta nota, algunos tips para salir adelante. Sobreviviendo a los golpes de la vida...

Situación difícil nº1: Te despidieron. Lo primero que hay que hacer es no mostrarse derrotada. Es mejor pensar (y decir) que fue duro, pero que vas a poder seguir adelante, ya que es mejor ser una misma la persona que habla de eso y no que el problema se revele por su cuenta ante los demás. Después, hay que tener en cuenta que ese rechazo que recibiste viene cargado de mucha información valiosa. ¿Qué hacer con ella? Usarla. Si bien son momentos muy desagradables, pueden capitalizarse a favor si la persona se sienta a analizar con honestidad los motivos por los que fue echada. Si fue una medida arbitraria, hay que pensar si uno quiere trabajar en un ambiente con una lógica aleatoria e injustificada… y si el despido tuvo un motivo, sería bueno reflexionar sobre lo que pasó para que vos tuvieras esas fallas. Entonces, ésta puede ser tu oportunidad para descubrir si realmente te gustaba hacer ese trabajo. ¿Tus ventas estaban bajas porque te aburrías de ofrecer siempre lo mismo?, ¿Sentías que merecías un puesto mejor? Al analizar la situación con algo de frialdad vas a aprender un montón. Mucha gente asegura que haber sido despedida fue lo mejor que le pasó en su carrera porque usaron ese empujón (en contra) para avanzar casilleros a favor y pensar creativamente sobre sus carreras. A tener en cuenta… Un despido raramente ocurre porque sí. En el fondo, estabas rodeada de alertas que te hacían pensar que eso ocurriría. Si tu jefe no te mira a los ojos, si te sentís repentinamente afuera de los proyectos clave de tu empresa, si no te dieron un ascenso que pensabas que era para vos, o si hay menos presión sobre vos para que generes logros importantes, quizá deberías esperar el despido. Además, la que verdaderamente maneja tu carrera sos vos: armate un plan de acá a cinco año. Aun si estás en un nivel junior, empezá a conocer gente en tu industria, asistí a conferencias y eventos y construí relaciones con individuos en tu empresa que puedan actuar como mentores de tus proyectos. Cuanto más grande sea tu mundo, mejor parada estarás si te despiden. Mucha gente cree que sólo porque trabaja duro será recompensada, pero las cosas no siempre funcionan de esa manera.

Situación difícil nº2: El hombre de tu vida te dejó. Hay una delgada línea entre obsesionarse y reflexionar. Si tu príncipe azul te dejó, necesitás confrontar ese momento y permitirte sentir todas las emociones, pero también tenés que ponerle un límite a esa reflexión. Una buena idea es darte a vos misma un período de reflexión específico (por ejemplo, de 7 a 8 de la noche) para dedicar a tus pensamientos y memorias más dolorosos. Después, tenés que obligarte a cortar, seguir con tu vida y pensar tu existencia como una pintura mucho más amplia. Esto no debería incluir, en lo posible, irte a la cama con un ex que tengas a mano o con el próximo tipo que te compre un trago en un boliche, pues ese tipo de ‘arreglo veloz’ no te va a hacer sentir bien en el mediano plazo. Hay que permitirse ser vulnerable. Eso no puede ocurrir si antes no atravesaste un proceso de curación. Una vez que estés semi racional, es aconsejable que analices tu pasado para identificar tus patrones de relación. Así no vas a repetirlos en el futuro. A tener en cuenta… Algunas cosas en la vida simplemente no están bajo tu control: el amor figura en este rubro. Pero podés volverte una persona más entera en todo lo que refiere a los inevitables momentos desagradables si te armás un círculo fuerte de amigos y familiares que te contengan cuando las cosas no funcionen demasiado bien.

Situación difícil nº 3: Tu amiga te engañó. A esta altura de tu vida, tus amigas tienen la categoría de familiares. Por eso, un engaño de cierta magnitud puede sacudirte por completo. Si percibís que a ella le está pasando algo y no sabés que, hablarlo con otros amigos que sean capaces de ofrecerte una perspectiva distinta puede ayudar. Olvidate de tus fantasías de revancha y concentrate en resolver el dilema mayor: dar o no a tu amiga una nueva oportunidad. Los engaños no tienen un peso específico, ocurren en un contexto, el mismo que te va a permitir evaluar cuál es la dimensión real de esa traición. No es lo mismo una amiga que traiciona porque está entre la espada y la pared, que una que lo hace teniendo otras opciones menos drásticas. Si a pesar de todo querés intentar reparar las cosas, probá escribiéndole un mail con alguna frase, al estilo “No entiendo lo que pasó y me siento muy herida. Hablemos” A tener en cuenta… No es recomendable poner todos los huevos de tu amistad en una misma canasta: no es bueno que una sola persona sea la fuente de tu identidad. Al contrario, manteniendo un círculo de varios amigos, cualquier desencuentro que tengas con alguno de ellos será menos devastador para vos.