Técnicas para intentar reducir el estrés

El ritmo que imprimimos a toda nuestra vida ya sea en el ámbito laboral, social o familiar, se encuentra asociado a una serie de factores que dependen de nosotros mismo y que tenemos la posibilidad de modificar para evitar sentirnos enganchados en cualquier vorágine que pueda desembocar en un estrés, que tan sólo perjudicará a nuestra salud si no logramos pararlo de una manera adecuada. Técnicas para intentar reducir el estrés

Algunos consejos para reducir el estrés

En primer lugar es fundamental saber cual es el origen del estrés, puesto que este problema puede venir tanto por factores ambientales como el clima, la polución, etc., como por problemas familiares, económicos o psicológicos entre los que cabe destacar los sufridos normalmente en la adolescencia, en la etapa de la menopausia o incluso por problemas de alimentación.

Una vez reconocida la fuente del estrés es importante recordar que de la manera que pensamos, así es como actuaremos y nos sentiremos, por lo que si nuestros pensamientos son negativos, en nuestro organismo se activará una señal de alerta. Si aprendemos algunos ejercicios de relajación y de respiración, conseguiremos aliviar nuestra tensión corporal y por consiguiente, el estrés.

Hacer una dieta adecuada, comunicarse adecuadamente con los demás, expresando nuestras opiniones y aprender a escuchar a la persona que está a nuestro lado, así como hacer algo de ejercicio, es seguro que nos ayudará a reducir el estrés.

Trucos para lidiar contra el estrés

Divertirse, reírse todo lo posible, estar con nuestro amigos, hacer el amor, darnos ese masaje tan merecido, ir a la peluquería, hacernos un regalo a nosotros mismos y en general, mimarnos mucho más, nos ayudará a controlar esos niveles de estrés que pueden llegar a resultar tan perjudiciales para nuestra salud si no sabemos encauzarlos correctamente.

Pararse un segundo a pensar que todas aquellas cosas que nos suceden en la vida y que no teníamos planeadas, son aquellas que pueden proporcionarnos algunos de los momentos más placenteros, hacen plantearse que no es necesario correr en busca de lo que se desea, sino dedicarle el tiempo justo y necesario para que no nos provoque un estrés innecesario.

Como reglas generales del día a día podemos optar por dejar las cosas que se puedan dejar preparadas por la noche, como los papeles del trabajo o la mochila del colegio, para comenzar el día siguiente sin esas prisas que generan un estrés nada necesario.

Despertarnos unos 20 minutos antes de lo habitual también puede ayudarnos a la hora de  lidiar con todas las complicaciones cotidianas, como pueden ser los atascos de tráfico o un imprevisto de último momento.

Imprescindible es dedicarnos unos momentos a nosotros mismos. Es muy común que nos aparezca una sensación de miedo y de angustia cuando estamos sin hacer nada mirando la tele o tumbados en el sofá, pero es muy importante que aprendamos a saber lo importante que es parar en un momento dado y tener un instante de paz con nosotros mismos y con las personas que queremos.