Un pueblo blanco almeriense de gran belleza: Lubrín

No hay ninguna duda de que, uno de los mayores atractivos que encuentran los viajeros que se acercan hasta Andalucía, lo constituyen sus pequeños pueblos blancos, por lo que, para quienes estén pensando en una escapada de fin de semana, podría ser una buena opción elegir uno de ellos como destino. Un pueblo blanco almeriense de gran belleza: Lubrín Una buena elección puede ser la hermosa localidad de Lubrín, situada en la comarca del Levante Almeriense, y junto a las estribaciones del más destacado macizo montañoso de la provincia, la Sierra de los Filabres.

Enclavada en un entorno natural de gran belleza, es una zona muy idónea para el senderismo Paseando por sus alrededores, donde abundan los olivos y los almendros, encontraremos no sólo bellos rincones que nos sorprenderán por su atractivo sino también porque nos harán recordar épocas ya pasadas, como sus viejos molinos y lavaderos o algunos antiguos cortijos que conservan aún su pajar.

La historia ha sido generosa con Lubrín, que le ha legado, como huella del paso de los musulmanes por estas tierras, sus bonitas callejuelas estrechas y empinadas, calles empedradas y estrechas, pintadas de un blanco resplandeciente que contrasta con el vistoso colorido de las flores de sus ventanas y balcones. Es la belleza que sólo la sencillez sabe dar.

Su Iglesia, construida a finales del siglo XIX, está consagrada a Nuestra Señora del Rosario, destacando también arquitectónicamente el Lavadero, cuya agua procede de la llamada Fuente de Abajo, antaño un punto de encuentro de las mujeres del pueblo, que aprovechaban el rato de la colada para comentar entre ellas lo que en la localidad sucedía.

Cabe mencionar también sus plazas, que no han perdido ni un ápice de su encanto, o el mirador, situado dentro de la misma localidad, y que nos ofrece unas vistas impactantes de la comarca. Y, en sus alrededores, no podemos dejar de señalar la existencia de importantes yacimientos que contienen objetos como cuchillos o raspadores, e incluso algunas pinturas rupestres, y que se remontan al Paleolítico.

Cerca del pueblo encontramos también una zona que ha sido habilitada para el esparcimiento, conocida como “el merendero”, con instalaciones deportivas, piscina, y zona con barbacoas, mesas y sillas, un hermoso lugar lleno de pinos donde se puede pasar un día agradable.

La gastronomía es otro de los atractivos de Lubrín, y en ella destacan productos como su aceite de oliva, su carne de cabrito y sus morcillas. Tampoco deberíamos dejar de probar sus populares migas con remojón. En sus panaderías encontraremos un exquisito pan hecho en horno de leña, teniendo que remarcar aquí que la localidad celebra la llamada “Fiesta del Pan” el día 20 de enero, festividad de su patrón San Sebastián, día en el cual los roscos se convierten en los protagonistas de los festejos.