Utiliza el poder de la amabilidad para mejorar tu relación con las personas

Una buena educación y un buen trato con la gente que te rodea te ayudarán a vivir mucho mejor. Para sentirte una persona mucho más valorada, tan sólo necesitas practicar la cortesía con las personas de tu entorno. Descubre cómo hacerlo. Utiliza el poder de la amabilidad para mejorar tu relación con las personas

 

Bienestar y autoestima

Si estás buscando un talismán que te haga ganar el respeto y el afecto de las personas que te rodean, ya lo has encontrado. Tan sólo necesitas ser amable.

Dar las gracias a la persona que te ha atendido en el supermercado, ceder el asiento en el metro o en el autobús, sonreír a la persona que nos acaban de presentar… estos pequeños detalles que aunque en apariencia no tienen importancia, nos pueden hacer mucho bien, ya no sólo para mejorar la relación con el resto de la gente sino para sentirnos mucho más a gusto dentro de nuestra propia piel.

Este valor nos aumenta la autoestima además de proporcionarnos una gran satisfacción que de otra manera sería difícil de conseguir.

Elige una sonrisa

Existen una serie de estrategias que nos ayudarán a lograr una sonrisa y de esa manera conseguir mejorar la idea que el resto de las personas puedan tener de ti.

No existe un gesto más agradable a la vez que más sencillo que sonreír. Practícalo a la vez que saludas a la gente con la que te encuentras. El saludar de una manera agradable y sincera resulta mucho más que una mera muestra de cortesía ya que te acercará a las personas que tienes a tu alrededor.

Interésate por los demás. No sólo se trata de decir un ¿cómo estás? Sino de verdaderamente sentir un sincero interés por la persona que nos está escuchando.

Siempre escucha con atención y evita que las conversaciones se conviertan en un monólogo. A todo el mundo nos gusta que nuestras palabras se tengan en cuenta.

Un breve y sincero halago nos allanará el camino en todas las conversaciones. Practícalo pero con cuidado de no caer en la exageración.

Siempre ofrece tu ayuda. Y es que pocas cosas se llegan a agradecer tanto como una persona amiga que nos la ofrece en un momento difícil. Seguro que a ti no te costará demasiado hacerlo y el beneficio que vas a proporcionar será mucho más grande.

Aprende a rechazar lo que no te gusta con educación

Si nos negamos ante cualquier propuesta es seguro que quien nos la haya ofrecido se sienta ofendido. Para evitar esta situación debemos actuar en consecuencia con nuestros propios pensamientos pero sin llegar a molestar a nuestro interlocutor. Para ello se pueden utilizar frases en las que se rechace su invitación aunque con una buena justificación, como por ejemplo: “no puedo acercarme a tu fiesta porque tengo mucho trabajo”,

Es importante decir que no, aunque siempre amablemente. Si te piden tu ayuda puedes ponerte en el lugar de la persona que te la ha pedido diciendo algo parecido a “me consta que te gustaría que te pudiera ayudar…” y terminar con algún tipo de comentario positivo como “no sabes lo que te agradezco que en este caso hayas pensado en mí”.