Historias de CELOS de gente común. Síntomas y Soluciones

Todos hemos padecido o causado alguna vez una escena de celos y eso no significa que haya algún problema en nosotros o en nuestra pareja. El problema aparece, sin embargo, cuando la inquietud sobre la fidelidad de nuestro ser amado se vuelve una manía asidua e incontrolable. Si eso está pasando, es necesario autopreguntarnos algunas cosas para aprender a diferenciar lo real de lo imaginario.

» Por celoso sufro cuatro veces. Sufro por ser excluído, por ser agresivo, por ser loco, por ser ordinario.» Palabras de Roland Barthes, lingüista. Historias de CELOS de gente común. Síntomas y Soluciones Los celos no solamente son contemporáneos ni son un tema de opinión popular. De épocas más antiguas a la actual, hemos escuchado o leído algunas historias de filósofos y escritores y poétas, claro es el ejemplo de William Shakespeare en su obra Otelo, donde destacaba frases como «Cuidado con los celos, ese monstruo de ojos verdes que desdeña la carne de la que se alimenta». O en frases como » El venenoso griterío de una mujer celosa resulta más mortífero que los colmillos de un perro rabioso». Hay casos de celos que son extremos en donde la persona que cela pierde la capacidad de razonar, y de discernir, lo real de lo no real. Es tal el miedo que siente de perder a quien ama que suele ver fantasmas en donde no los hay, por ende, perjudicando el bienestar de la pareja y generando interrogantes en la persona que esta siendo celada. Soy partícipe de que una escena de celos es necesaria, siempre y cuando esos celos sean reales y tengan un justificativo concreto. Cuando a una persona le molesta o le duele una determinada situación o actitud cometida por su pareja, es humano y totalmente entendible exteriorizar, medidamente, ese sentimiento amargo EN EL MOMENTO. De lo contrario pueden generarse futuras explosiones innecesarias que se desencadenarán por cualquier situación absurda, donde ambas partes de la relación aludirán a aquel acto pasado que no reprocharon en su momento. Gran cantidad de personas traspasan el límite de la realidad cuando «su pequeño problema de celos» se vuelve una mala costumbre, pasando de ser un diminuto inconveniente a una peligrosa enfermedad.

Segun Sigmund Freud, los celos son de tres diferentes tipos: De competencia, proyectados y delirantes. En 1921, explicó que el ser humano siente o vive diferentes estados afectivos en los cuales los celos están incluídos. «Cuando una persona no siente ni un poco de celos, se presupone que esa persona los está reprimiendo»

  • Conceptualiza a los celos de competencia como aquellos que nacieron hace mucho tiempo y se refieren en gran parte a los padres y hermanos de un niño. También, sostiene, que son celos normales que, bien manejados, actúan como una pisca de sal en el erotismo de una pareja. Cuando el rival es real, es decir, cuando realmente existe, estos celos se basan en el dolor por la creencia de la pérdida del objeto de amor y por la herida al orgullo causada a razón de que prefiera a otro, así como también la bronca hacia los rivales y la autocrítica por haber perdido el amor.
  • Los celos proyectados se basan en la infidelidad. Se proyecta en el otro la propia infidelidad o el deseo de cometerla que se ha tenido, con la convicción de que es el otro el que va a ser infiel.
  • Los celos delirantes son aquellos anhelos de infidelidad reprimidos, pero los objetos de tales fantasías son siempre del mismo sexo, es decir, cuando una se plantea «Yo no soy quien lo ama, ella lo ama». Por lo general este tipo de celos siempre se mezcla con los dos anteriores.

Historias de Celos de gente común (los nombres son ficción, no así lo es el relato). María esta casada con Juan a quien suele celar a sol y sombra. Afirma que al momento de contraer matrimonio con Juan ella no era celosa. Hoy en día se enfurece hasta cuando su marido mira en la televisión a las modelos semidesnudas. Nos cuenta que caminan juntos por la calle y ella siente que él está mirando otras mujeres transeúntes, es allí donde pierde el control y empieza a hostigarlo con preguntas que se basan en situaciones fantásticas e incoherentes (¿Qué mirás? ¿Te gusta esa chica? ¿Es más linda que yo? ¿Te gustaría estar soltero no, así puedes acercarte a ella sin culpa?¿Qué harás cuándo yo no estoy a tu lado?). En situaciones como la descripta, lo que la persona celada no entiende es que es todo una sintomatología del celoso, es decir, todo eso lo siente, no solo lo piensa. El patrón general de la gente que sufre este problema es que (en los peores casos) sienten un click en la cabeza, todo alrededor se mueve muy rápido y genera taquicardia. Muchos se preguntan si el tema de los celos es hereditario, ya que más de una vez hubo casos de padres e hijos que sufrieronel mismo problema. María cuenta que su padre era igual o más celoso que ella, y que esos celos hostigaban terriblemente a su madre, quien una vez le confesó aterrada que tuvo que separarse de su padre cuándo sintió que por las calles ella debía parecer, prácticamente, una no vidente por el temor a las futuras represalias o papelones públicos que su marido le haría pasar.

Algunas de las confesiones de gente que sufre el problema:

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» El problema es cuando comienzan las fantasías. Cuando ves que tu esposa sale a trabajar y te haces la película de que ella te engaña con su jefe o algún compañero. Qué salen a tomar un café o que terminan en un hotel. Lo peor de todo es cuando tu pareja regresa y, fruto de todas las fantasías, te pones agresivo con ella insultándola, tratándola de prostituta y a veces llegas a pegarle por algo que no hizo pero que tú pensaste que podía llegar a haber hecho» «Yo he perdido parejas a causa de mis celos y me he puesto en riesgo muchas veces, riesgo físico también. He revisado el móvil y los bolsillos de mi pareja. Participé de situaciones violentas y llegué a pegarle. Lo que siempre me pasa en esas situaciones es un enceguecimiento, las manos me sudan, comienza la taquicardia y pierdo el control. No logro pensar ni gobernar mis acciones» «Yo justifico mis celos en actuaciones propias pasadas. Como he sido infiel y mis ex parejas han creído mis mentiras, me pregunto ¿Cómo puedo creerle a mi actual pareja si en momentos pasados cuando yo mentía a mi me han creído cada palabra?» «Lo mío ya no es racional, lo mío ya es patológico. No puedo ir con mi marido a exposiciones donde haya promotoras ni a disfrutar de una película o espectáculo teatral por el simple y solo hecho de que allí va a haber MUJERES, bellas, esbeltas y jóvenes. Sufro tan solo con pensar que las puede mirar»

Algunos consejos para controlarse:

1) Entender que, en la vida de un ser humano, la única vez que alguien puede morir si el otro le falta, es cuando se tiene pocos meses de vida y no se puede valer o sostener por sí mismo. La presencia de los padres o algún adulto es fundamental y, allí si, es cosa de vida o muerte. 2) Se debe aprender a salir del roll de celoso o celado. ¿Cómo alguien nos puede demostrar amor si siempre estamos acosándolo bajo la consigna: «Deseame y sólo asi existiré»?. 3) Aprender a separar lo real de lo imaginario, teniendo en cuenta de que antes de hacer un escándalo o sentir celos existe la posibilidad de pensar. El ser humano es, por naturaleza, un animal racional. 4) Evitar malos entendidos. Si algo suena raro, preguntar. Jamás deben llenarse la dudas con situaciones ficticias o inventadas por nuestra propia cabeza.