10 razones para no convertirse en amante (Parte II)

Muchas mujeres caen en la tentación de estar con un hombre comprometido con otra mujer, siguiendo un ciclo vicioso que destruye tanto sus vidas como su autoestima. Pero ninguna mujer merece ser plato de segunda mesa, por eso, a continuación se enumeran 10 razones para no convertirse en amantes. 10 razones para no convertirse en amante (Parte II) 5. Nunca se podrá llamarlo al hogar, ni a ningún lado sin aviso, de manera que normalmente la amante debe esperar a que él se comunique sin poder tener ningún control o reproche sobre la vida de su hombre. En cualquier situación donde el hombre deba decidir entre la esposa y la amante, su mujer estará primera, por lo que será la amante la que deberá posponer sus necesidades si la mujer requiere de su marido por cualquier circunstancia. 

6. La triste verdad es que las noches de la pareja no serán de una, sino de su esposa. Así como los planes son de ellos, ya que son quienes tienen un pasado, un presente y un futuro juntos. La amante jamás será parte de la planificación de vida de su hombre, simplemente recibirá migajas de lo que sobra en la otra relación, como el tiempo en que no está con la esposa y puede darse el lujo de pasar la tarde con una. 

7. Si el hombre ya está casado no puede ser la «media naranja de una», porque de hecho ya tiene una. Es importante ser sensatas y desconfiar de un hombre infiel, ya que si engaña a su mujer, no hay razones que le impidan engañar también a su amante con mentiras. 

8. Jamás se debe creer que el hombre no tiene nada con su mujer, porque por alguna razón siguen casados y no ha decidido terminar la relación. Algo siente o necesita de ella, por lo que cuando un hombre casado dice que «no tiene nada con su mujer» simplemente es una gran mentira para complacer a su amante. 

9. Estando en una relación de segunda mujer, se devalúa el valor de una misma, así como el respeto que debe tener la pareja por una. Una misma se pone de oferta, cuando en realidad debería merecer mucho más que una relación compartida. Esta situación de aventura romántica hace que el hombre se aproveche de su amante, ya que sin dar nada a cambio recibe todo de una, porque de hecho para esta mujer él es su único hombre y no comparte su vida con nadie más. 

10. Ante cualquier eventualidad, emergencia o problema no se puede acudir a la pareja como en una relación normal, ya que él está con su esposa y no se puede entablar una comunicación con él. La amante está resignada a ajustarse a los tiempos y necesidades del hombre dejando de lado sus propias necesidades, hasta el punto que la pareja domina totalmente la relación, aún cuando está ausente la mayor parte del tiempo.