La decoración de la mesa en la cena de Nochebuena o la comida de Navidad, es muy importante. Si ese día la mesa se ve como la de cada día, o mal decorada, puede dar al traste con tus esfuerzos en la cocina para que sea un día especial.
La cena de Nochebuena y la comida de Navidad son los actos más importantes de las fiestas navideñas. La mayor parte de preparativos que habremos venido realizando durante los días anteriores giran, en la práctica, en torno a ellas. En estos días es muy frecuente que tengamos invitados en casa, ya que son días de reunirse con los familiares, a quienes quizá no vemos desde hace tiempo, o, porqué no?, con los amigos.
En estos días no escatimamos esfuerzos con el objetivo de conseguir que tanto la cena del día 24 como la comida del dìa siguiente sea todo un éxito. Compramos los mejores productos y nos esforzamos en hacer recetas mucho más elaboradas que las que hacemos normalmente.
Por ello, es muy importante que no olvidemos otra de las cosas importantes: la decoración de la mesa. Ya que todo es especial, la mesa no puede serlo menos. Los invitados deben ver una mesa festiva, diferente, alegre y decorada con buen gusto, una mesa que sólo el hecho de verla te den ganas ya de sentarte en ella. Una mesa en Navidad que sea como las de cada día, o mal decorada, puede dar al traste con todos tus esfuerzos anteriores.
Para empezar debemos elegir en que lugar ponemos la mesa. En muchos casos más que elegir será simplemente calcular en qué lugar podemos poner la mesa, si tenemos en cuenta las reducidas dimensiones de gran parte de las viviendas de hoy en día. Debemos procurar que todo el mundo se sienta lo más cómodo posible, lo cual a veces no es fácil. Algunos aspectos a considerar son que los anfitriones se coloquen en un lugar desde el que puedan tener acceso fácil a la cocina, o que si alguien quiere ir al baño no se tengan que levantar todos los invitados, así como otras consideraciones que son de pura lógica. Además, intentaremos, por todos los medios, tener que poner dos mesas separadas.
El mantel hemos de procurar que sea de algún tejido natural, y sobre todo que sea alegre. Puede ser blanco, en cuyo caso lo contrastaremos con la vajilla o adornos, o de algún color vivo, como el rojo. Por supuesto, los estampados navideños son también muy adecuados. Las servilletas pueden ser a juego, o, por el contrario, que hagan un contraste total. Por ejemplo, si el mantel es azul las servilletas pueden ser amarillas. Por poco que podamos, mejor que este día no sean de papel.
En cuanto a la decoración, hay tantos complementos y adornos que se pueden poner y de tantas maneras distintas, según el gusto de cada uno, que lo único que podemos hacer aquí es dar unas directrices generales.
Lo más frecuente es adornar la mesa con centros navideños, velas, candelabros, flores o similares. Lo primero que deberemos tener en cuenta es no abarrotar la mesa, no queramos ponerlo todo, recordemos que la sencillez es siempre mucho más elegante que el exceso de decoración. En una mesa para 12, dos centros de mesa serán más que suficientes.
También debemos procurar que los adornos no creen barreras, ya que no es nada cómodo tener que charlar con la persona de delante girando la cabeza a un lado.
En cuanto a la vajilla, simplemente procura poner colores a tono con el resto. Hoy en día es muy diferente a hace unos años, en que se tenía una de especial para las grandes ocasiones. Actualmente se prefiere tener vajillas y complementos más funcionales, de diversos colores y formas, y poderlas cambiar a menudo.
En cuanto a la cristalería, recuerda sólo que debes poner una copa para el agua, otra para el vino blanco, otra para el vino tinto y otra para el cava. Y nunca retirarlas de la mesa, aunque se esté bebiendo, a partir de un momento, otra bebida.