La semilla del diablo un icono del género de terror 44 años después

A los amantes del cine, y especialmente a los que son aficionados al género de terror, quizás les guste saber que, en tal día como hoy, 3 de febrero, se estrenó, hace ya 44 años, la gran obra maestra de Roman Polanski, La película ha sido siempre considerada como una cinta maldita, debido a algunos hechos de carácter siniestro ocurridos después del rodaje, entre ellos el sangriento asesinato de Sharon Tate, esposa del director, en manos de Charles Manson y sus fanáticos seguidores, que muchos han considerado desde el primer momento relacionado con el largometraje.

La película nos cuenta la historia de Rosemary Woodhouse y su esposo, Guy, un joven matrimonio normal y corriente que deciden cambiarse de casa para trasladarse a vivir junto a Central Park, donde han encontrado un apartamento de su agrado. Un amigo de la pareja les advierte que existe una maldición en el edificio en cuestión, aconsejándoles que no vayan, consejos que la pareja desoye.

Instalados ya en su nuevo hogar, no tardan en hacer amistad con un matrimonio de edad mediana que se muestra muy amable con ellos. Todo son atenciones, pero, poco a poco, van introduciéndose en su vida.

Rosemary queda embarazada, pero, a la alegría que al principio siente ante la buena noticia, le empieza a seguir una inquietud que cada vez se vuelve más angustiante, ya que la joven sospecha que algo misterioso y siniestro ocurre relacionado con su embarazo, pero no consigue averiguar qué es.

A pesar de que todo parece discurrir de manera normal, con escenas muy cotidianas, el espectador también detecta enseguida que tras ello se esconde algo terrible, inquietud que irá aumentando al mismo tiempo que la de la protagonista, y que consigue mantenernos con el corazón encogido esperando un desenlace aterrador.

Se trata de una genial película que, al contrario de muchas de las de hoy en día que pretenden darnos miedo a base de escenas sanguinarias y cruentas, no muestra en ningún momento nada fuera de lo común, y sin embargo consigue hacernos vivir una pesadilla hasta el fin de la cinta.

Roman Polanski la dirigió en el año 1968 basándose en una novela de Ira Levin llamada “El bebé de Rosemary”, y contó con un reparto genial, formado por Mia Farrow, John Cassavetes, Ruth Gordon y Sidney Blackmer. Ruth Gordon consiguió el Premio Óscar a la mejor actriz secundaria.