¿Deben ver los niños la televisión?

Todos los padres, un día u otro, nos hemos preguntado algo parecido a: ¿Deben ver los niños la televisión? Evidentemente, no es positivo que un niño pase mucho tiempo delante del televisor, y ello debido a muchos motivos. El primero de ellos es que, aunque la televisión pueda tener una parte de entretenimiento y ser en algunos aspectos educativa, también es cierto que enseña muchas cosas que no son buenas para el sano desarrollo intelectual del niño, conceptos equivocados que pueden confundirlo.

Estudios científicos demuestran que los niños que ven más la televisión sacan peores notas y leen muchos menos libros que aquéllos niños que pasan menos tiempo delante de ella, con las importantes consecuencias que ello comporta.

La violencia, el sexo, los estereotipos racistas o machistas, la publicidad engañosay tantas otras cosas que frecuentemente tienen en la televisión un enfoque podríamos decir que incorrecto para la educación del niño, que no tiene la capacidad aún para distinguir lo real de lo que ve en la pequeña pantalla, ni lo que es educativo de lo que perjudica a su desarrollo intelectual y emocional.

Al niño le debemos dejar mirar la televisión pero de manera limitada, por supuesto. Lo mejor sería descartar el “puedes ver una hora de televisión”, durante la cual el niño verá lo que le echen, y cambiarlo por “verás tal programa y tal otro”, con lo que nos garantizamos que lo que verá el pequeño es educativo para él y de calidad.

Muy positivo sería que el niño sintiera que también él cuenta a la hora de elegir, y que forma parte de ello. De esta manera además no sólo estamos consiguiendo que los programas que ve sean de calidad, sino que en realidad le estamos enseñando a usar el televisor de la manera más adecuada.

En cuanto al rato que el niño ve la televisión, ya dependerá de nosotros, pero no debería ser mucho. Basta pensar que todas las horas que el pequeño usa en ello en realidad son horas que está quitando a otras actividades mucho más interesantes y educativas para él, como puede ser jugar, leer, relacionarse con otros niños o estar con la familia.