Cómo cuidar nuestras encías para conseguir unos dientes sanos y fuertes. Parte II.

Mantener en un buen estado nuestras encías, es primordial a la hora de conservar todas las piezas bucales en perfecto estado, por lo que un cuidado de éstas junto con una especial atención ante cualquier síntoma poco común que pudiera aparecer por diferentes causas, es esencial para nuestra salud bucal. Cómo cuidar nuestras encías para conseguir unos dientes sanos y fuertes. Parte II.

Gingivitis y periodontitis o piorrea

La gingivitis es una infección de la encía superficial ya que no se llegan a ver involucrados otros tejidos y aunque es la más común, si no se trata correctamente puede derivar en una periodontitis, enfermedad algo más seria que puede conllevar pérdida de dientes a la larga.

Uno de los síntomas más llamativos y habituales de la gingivitis es un sangrado que aparece a la hora de comer o en el momento de cepillarse los dientes. Además las encías pueden mostrarse muy enrojecidas y en ocasiones es común que aparezcan anillos de una forma irregular de un color más oscuro. Para combatirla deben corregirse en primer lugar todas las causas que puedan haber provocada esta dolencia, como una higiene incorrecta o el consumo de tabaco, entre otras. Después es necesario someterse a una buena limpieza dental que debe realizarse por un profesional y que debe repetirse cada 6 meses aproximadamente. Desde el propio hogar también debe extremarse la limpieza bucal con el cepillado diario así como con el uso de seda dental o un cepillo interdental.

Si una gingivitis no es tratada, la infección puede llegar a extenderse hasta otros tejidos como por ejemplo la raíz de los propios dientes o hasta los huesos que los sujetan. Esta inflamación también puede provocar que se lleguen a formar bolsas entre los dientes y las encías. Las bacterias acumuladas llegan a irritar tanto las encías y destruyen los tejidos que las rodean y que sujetan los dientes que pueden llegar a provocar la caída de éstos.

Tipos de periodontitits

Existen tres tipos de periodontitis como la juvenil que se desarrolla en adolescentes y en la que se produce una pérdida bastante rápida del hueso de alrededor de los dientes. La periodontitis ligera es cuando esta enfermedad comienza a destruir el tejido y los huesos que sujetan los dientes y la periodontitis moderada que puede llegar a convertirse en avanzada  es cuando existe una pérdida importante del hueso y del tejido que sujeta a los dientes y en la que llega un momento en que las piezas dentales pueden llegar a perderse.

Además de la inflamación y del sangrado de las encías, una periodontitis puede causar dolor y provocar que los dientes comiencen a moverse y separarse. Según va avanzando esta enfermedad aparecerán unas bolsas de pus en la zona que rodea al diente y es muy normal sufrir de un constante mal aliento.

Para combatirla en sus etapas iniciales, es necesario retirar toda la placa bacteriana acumulada en los dientes y en las encías así como en todos los tejidos adyacentes para permitir que la encía se una de nuevo a los dientes. Si se ha llegado a producir una destrucción ósea, puede compensarse implantando hueso sintético y si se ha llegado a perder algún diente, es recomendable sustituirla con una prótesis para poder evitar el desplazamiento de los dientes restantes.