Cruzar la línea de los 20 años

Crecer es un proceso que cuando se es chica, quiere que llegue ya! Pero cuando se es grande y empiezan a entenderse algunas cosas de la vida que no son tan fáciles como se creía, se quiere regresar el tiempo y es cuando se presentan algunas crisis emocionales. Cruzar la línea de los 20 años Es una edad perfecta donde se empieza a vivir la juventud, donde se entra a un nuevo mundo que se mezcla con la adultez y la adolescencia, donde se conocen nuevas personas y la universidad o hasta el primer trabajo, dejan huella.  Pero no a todas las mujeres les gusta llegar a esa edad, ya sea por dos razones, una porque quieren ser más grandes, tener todo el mundo resuelto y lleno de dinero, éxitos y amor, como si tuvieran 15 años mas; la segunda, es porque no quieren crecer, porque sienten que los cambios están pasando muy rápido y prefieren quedarse siendo las consentidas y las que tienen el mundo a sus pies porque sus padres lo pueden dar. Probablemente, a partir de esta edad, es cuando empiezan a conocer de a pocos algunas dificultades de la vida, pero nada que no se pueda superar. 

– Algo de lo que les preocupa terriblemente y teniendo en cuenta la diversidad de personalidades, es el cambio que sufre su círculo social, que por lo general era amplio y definido por las amistades del colegio, pero que ya no es lo mismo que antes, que cada quien ha empezado a  hacer su vida y que por ende, ellas con 20 años, también deben hacer lo mismo. Así mismo, es complejo ver a esas personas queridas y especiales llamadas amigos, porque trabajan, estudian, se fueron a vivir a otro país o hasta organizaron sus vidas de manera prematura, y ya o son casadas o tienen hijos. 

– Aunque se puede tener energía para muchas cosas, el hecho de andar entre tanta gente, no es tan emocionante como 3 o 5 años atrás y son preferibles los planes de quedarse viendo una peli o ir a una fiesta pero irse temprano, que bailar hasta que duelan los pies o salir a cine en la noche. La verdad es que se quiere mantener esa zona de confort que se tenía cuando se era una adolescente. 

– Antes no era necesario tomar decisiones, pero ahora, son esenciales. Por ejemplo, enamorarse es una de ellas, elegir el chico perfecto, elegir una carrera profesional y saber que de eso dependerá el futuro, saber que algún día se tendrá que salir de la casa de los padres y que la independencia será necesaria. 

– El cuerpo también cambia y es frecuente que por el cambio de vida y de hábitos, se suba o se baje de peso rápidamente. Además, es posible que se presenten dolencias en algunas zonas del cuerpo y no es porque ya se esté llegando a la vejez, pero si evidencia que el paso de los años no es en vano, y que el sedentarismo puede llegar a agravar más el problema. 

– Lo bueno y que a veces sea complejo de entender, es que se madura cuando se entiende que hay personas que pueden tener razón, que pueden dar consejos y que su experiencia es valerosa, algo que no se entendía cuando se era más chica y además rebelde.