Despídete de los pensamientos tóxicos

Si tu vida está llena de cosas que no te gustan, hay un solo camino a tomar: en lugar de vivir quejándote, apuesta al remedio más rápido y efectivo para ver todo de un modo positivo y cambiar tu onda.
En esta nota, entérate las soluciones a los Despídete de los pensamientos tóxicos

Cuando estas en plan «mi vida es un asco», no hay día de primavera (por lindo que sea) que te ayude a iluminar un poco tu existencia. Lógico: si tu mirada sobre las cosas es esencialmente dramática y quejosa, siempre te las ingeniarás para ver el lado malo hasta de ganarte la lotería. ¿Entonces? Simple: te proponemos romper de una vez por todas con el círculo vicioso de la negatividad, vaciar tu mente de esas ideas que te envenenan la vida y, ahora sí,  empezar a ver todo lo bueno que hay ahí donde hasta ahora nunca pudiste ver mas que problemas.

Pensamiento tóxico nº1: “Estoy súper estresada.
Cuadro de situación: Estas tan saturada de trabajo que casi siempre tienes que quedarte haciendo horas extras que, desde luego, nadie te paga. Resultado: nunca te despegas del todo de la oficina, y tu trabajo, mas que un disfrute, es un verdadero castigo.
Arreglo instantáneo: En vez de colgarte con lo complicado de tu situación y vivir despotricando contra tu jefe, intenta buscar el lado positivo de tu situación y magnificarlo en tu mente. Uno de los grandes secretos de la vida pasa por aprender a ser feliz ahí donde estés. La verdad es que no existe mejor momento para ser feliz que el ahora. Tu vida siempre estará llena de retos. Es mejor que lo admitas y seas feliz de todas formas. Para eso, trata de pensar que, en un país con serios problemas de empleo, tienes la fortuna de estar ocupada y hasta quizás haciendo lo que te gusta. Otro buen truco para recuperar el control es aprender a fijar prioridades. Pregúntate entonces que es lo que no puede esperar, házlo y deja para mas adelante lo que no sea tan urgente. La vida no es una emergencia, generalmente nos tomamos nuestras metas tan en serio que olvidamos divertirnos en el camino y concedernos un respiro. Resulta fácil perderse en medio del caos, las responsabilidades y las metas de la vida. Por eso es clave preguntarse una y otra vez qué es realmente lo importante.

Pensamiento tóxico nº2: “Las cosas estaban mucho mejor cuando…
Cuadro de situación: Hace tres veranos estabas divina: mas flaca, mas contenta y mucho mejor vestida que ahora. La vida era una maravilla y ahora, en cambio, tienes la sensación de que todo va para atrás…
Arreglo instantáneo: A menudo, nuestra mente se encarga de «editar» nuestros recuerdos, y por eso el pasado suele verse así de lindo: porque simplemente solemos olvidar las cosas feas y únicamente recordamos las felices. El problema es que, si te dejas llevar por esta clase de idealizaciones, de seguro terminarás construyendo en tu memoria una suerte de vida ficticia que (además de hacerte ver el presente como una verdadera porquería) posiblemente termine haciéndote vivir eternamente mirando hacia atrás. Y esa no es la idea, pues en gran parte, la medida de nuestra paz mental está determinada por nuestra capacidad de vivir el presente, prescindiendo de lo que haya sucedido ayer o el año pasado, y de lo que pueda pasar o no mañana. Otra cosa a tener en cuenta es que a lo largo de la vida, las dos emociones más inútiles son la culpa con respecto al pasado y la preocupación con respecto al futuro, porque si no puedes despegar tu mirada de lo que ya fue, tampoco podrás concentrarte en eso que realmente lo merece, que es tu presente. Por lo tanto, olvídate de vivir mirando el espejo retrovisor y enfoca tu cámara optimista (esa con la que miras al pasado) en tu vida actual. Después, piensa en tres cosas que estén mejor ahora que antes. ¿Tienes un mejor empleo? ¿Estás mas feliz con tu vida social? ¿Descubriste alguna actividad que te apasione? En fin, todo eso suma. Por eso, entrena tu mente en el arte de centrarse en lo bueno de tu vida actual cada vez que sientas la tentación de mirar hacia atrás con demasiada nostalgia.

Pensamiento tóxico nº3: “No me cuido para nada
Cuadro de situación: Te encantaría tener una alimentación más sana, dejar de fumar, hacer spinning y miles de cosas, pero la verdad es que comes como una puerquita, hace años que estas atornillada a la silla y fumar como un escuerzo te ayuda a sobrellevar tus extenuantes y aburridísimas horas de oficina.
Arreglo instantáneo: Es usual que la gente tienda a pensar en la comida como en un premio. Entonces, quizás alguien dice: «Me merezco un chocolate» o «Me voy a premiar con un helado» como si fuera lo mas natural del mundo. Sin embargo, ideas como esas (posiblemente arrastradas desde la infancia, cuando la comida cumple un rol fundamental en el desarrollo del bebe) pueden traerte unas cuantas complicaciones en tu vida adulta. ¿Por qué? Porque eso es lo qua los expertos denominan «comer emocionalmente». Es decir, hacer que tus visitas a la heladera dependan pura y exclusivamente de tus estados de ánimo. Resultado: kilos extra por todos lados y una profunda sensación de vacío que ningún alfajor alcanza a llenar. Por otra parte, ese eterno lamentarte por todo lo qua no haces puede estar hablando de algo no menos serio: un excesivo apego a la supuesta perfección que deberíamos tener. La necesidad de perfección y el deseo de paz interior están en conflicto. En lugar de sentirnos contentos y agradecidos por lo que tenemos, nos empeñamos en ver el lado negativo de las cosas. Empieza entonces por dejar de flagelarte y, después ponte a buscas cosas tan gratificantes como la comida o el cigarrillo, pero que no sean así de dañinas. Un baño de burbujas, una sesión de maquillaje, salir a correr o comprarte ropa pueden ser otras formas de placer mucho mas saludables.

Pensamiento tóxico nº4:Soy un desastre…
Cuadro de situación: Toda tu vida solo te inspira ganas de bostezar, de llorar o las dos cosas a la vez. No encuentras nada que la haga especial, alegre o valiosa. Y tampoco sabes bien que hacer para ponerles un poco de onda a tus días…
Arreglo instantáneo: Caer en esta clase de cadena de ideas tóxicas es mas común de lo qua piensas, por la sencilla razón de que la mala onda se retroalimenta (y una vez que la Rueda de la Queja comienza a girar ya no hay quien la pare). A esto se lo suele llamar «el efecto bola de nieve de los propios pensamientos». ¿Cómo funciona? Así: Un pensamiento lleva a otro y a otro más hasta que, en un momento dado, se apodera de ti una agitación increíble. Y esto continúa hasta que sientes una terrible lastima por ti misma. En muchos casos, no existen límites temporales para la duración de este tipo de “auto ataque”. Una posible solución consiste en estar atenta a lo que está sucediendo dentro de tu cabeza antes de que los pensamientos tengan oportunidad de tomar impulso. Cuanto antes te sorprendas en tu acto de formar tu bola de nieve mental, más fácil te resultará detener el proceso. Por eso, la próxima vez que sientas que tu cabeza toma el rumbo de los tomates, corta por lo sano: concéntrate en tus propios logros, por pequeños que puedan parecerte, o bien gratifícate haciendo cualquier cosa que te gusta, te relaje o te distraiga. Puedes, por ejemplo, hacer la lista de las películas que te gustaría ver o de los CDs que planeas comprar. Por simple que parezca, a veces eso sólo resulta suficiente para devolverle la tranquilidad a tu agitado cerebro.