Cuando el niño miente

Todos hemos oído alguna vez a alguien pronunciar aquella frase que dice que Cuando el niño miente Todos los niños mienten, y algunos mienten mucho. Y, lo que es peor aún, algunos mienten más a medida que van creciendo, siendo aquí donde cobra importancia el asunto. 

Hasta los 5 ó 6 años el niño no distingue bien aún la verdad de la mentira. Los niños más pequeños de esta edad suelen decir mentiras por el hecho de que están “fantaseando”. Es decir, mienten simplemente porque confunden la fantasía con la realidad o porque exageran ésta. No hay que darle más importancia a este tipo de mentiras, ya que por supuesto al niño se le irá pasando a medida que vaya creciendo y sepa donde está la línea de separación entre la realidad y la fantasía.

Hay otro motivo por el que miente el niño pequeño, y es para protegerse a sí mismo. O sea, que si ha hecho algo malo es muy posible que mienta para evitar una regañina o que se le castigue. En este caso debemos hacer comprender al niño que la mentira es mala, pudiéndole enfocar el tema por el lado de la confianza. Es decir, que las personas que conviven han de poder confiar las unas en las otras y que la mentira trae la desconfianza, siendo muy difícil después volver a confiar en una persona. Es necesario hacerle adquirir una confianza en sí mismo y en nosotros, para que no tenga miedo a explicarnos la verdad.

Otro motivo por el que el niño puede mentir, y éste es mucho más preocupante, es porque ha descubierto que con las mentiras puede obtener una serie de beneficios. Es necesario que los padres atajen esta creencia de raíz, no permitiendo que se salga con la suya bajo ningún concepto y enseñándole que con la mentira, a pesar de que se pueden conseguir beneficios inmediatos, a la larga siempre se sale perdiendo.

Sin embargo, aunque todo lo anterior entra dentro de una cierta normalidad, sí hay casos a los que debemos dar toda la importancia que merecen. Casos como el niño que miente sin ninguna razón y a toda hora, y que lo hace de una manera descarada. O como el niño que miente porque es vengativo y quiere desquitarse de alguien, buscando con la mentira la manera de dañar a esta persona. En tales casos sí hemos de dar al tema toda la importancia que merece, ya que estos niños corren serios riesgos de anomalías psicológicas al crecer, por lo que no hemos de descartar en absoluto, más bien es aconsejable, de ponerlos en manos de profesionales así que detectemos estos síntomas.