La higiene vaginal es esencial para toda mujer, por salud y por aprecio propio y hacia la pareja, si se tiene. A continuación se presentan consejos básicos, para mantener la salud de este órgano tan importante. Una de las razones de la aparición de infecciones y enfermedades vaginales es la mala aplicación de la higiene y limpieza en general, y las repercusiones son a nivel de salud reproductiva en incomodidad sexual.
Es elemental su higiene, por cuidado general, respeto a sí mismo y respeto a la pareja, porque no hay nada más incómodo y hasta repulsivo que estar en la intimidad con alguien y que sus genitales presenten una imagen descuidada o también, malos olores y no solo para quien soporta esto, sino para quien los genera, porque tampoco debe ser agradable sentir rechazo o gestos de asco al tener relaciones.
Limpieza en un punto medio, ni tanto ni poco. La higiene debe estar presente en todo momento, pero de manera correcta, pues si se hace en mínimas proporciones, lo más probable es que se generen malos olores y picazón o porque no una infección; y si es excesiva, se pueden causar alteraciones en la piel, los tejidos y el PH.
Hay que tener en cuenta, que si se tienen parejas estables, es necesario exigir una limpieza por parte de él, pues actualmente son más las mujeres las que practican esto, pero los hombres son poco preocupados por este aspecto y presentan diversidad de infecciones y enfermedades, que suelen propagar.
Cuidados básicos
Los siguientes son tips básicos que deben tenerse en cuenta para tener una salud perfecta en los genitales y un funcionamiento perfecto en las relaciones de pareja.
– Cuando te bañes procura usar jabones diseñados para tal fin, que controlan el PH interno, ya que los jabones normales tienen altas concentraciones de alcohol que modifican la estabilidad vaginal.
– Los genitales deben ser lavados con abundante agua, nunca deben usarse otros químicos o cremas que no sean medicadas para tratar infecciones. Siempre debe haber asesoría de ginecólogos, que sepan la formulación de cremas u óvulos, y por un tiempo determinado.
– Si se usan diariamente protectores para mantener la ropa interior limpia, hay que recordar que deben cambiarse cada 2 o 3 horas dependiendo del nivel de producción de flujo vaginal. Así mismo, durante los días del periodo, las toallas higiénicas deben sustituirse por el mismo tiempo, 2 o 3 horas como máximo, pues hay generación de malos olores e infecciones acompañadas de ardor y picazón.
– Después de realizar el baño diario hay que secarse muy bien pero sin hacer daño cada zona, pues si hay presencia de humedad proliferarán las bacterias y hongos que causaran daños. Están totalmente prohibidas las duchas vaginales, pues estas son las principales responsables de la alteración del PH vaginal.
– Luego de mantener relaciones sexuales hay que realizar un baño para eliminar líquidos que no son típicos y esenciales de la vagina, y si no es posible el baño, debe como mínimo realizarse una limpieza con toallitas húmedas y/o papel higiénico.
– Por último, una norma básica de aseo después de ir al baño, al orinar: la limpieza debe hacerse de la vagina hacia el ano, pues si se hace al contrario, las bacterias y microorganismos alojados en este van a ser arrastrados por medio del papel higiénico, hacia el área genital.