Los baños de arcilla. Parte II

Embadurnarse con barros, lodos o fangos es una costumbre muy extendida en el centro de Europa aunque también tiene numerosos practicantes en España, donde hay lugares como las marismas situadas en el Mar Menor y ciertas lagunas del interior de la península donde se puede ver esta escena muy frecuentemente. Los baños de arcilla. Parte II

Efectos de los baños de arcilla

¿Qué efectos produce el baño de arcilla? La conductibilidad calórica de la arcilla es elevada; es un mal aislante que quita al cuerpo parte de su calor aunque unos minutos después de empezar el baño, la sensación de frío desaparece. Una capa de un centímetro y medio sobre el cuerpo absorbe cierta cantidad de calor, pero luego se transforma en una especie de manto tibio de unos 29º centígrados que impide más pérdida.

La influencia de la fuerte presión de la arcilla sobre el cuerpo es muy importante. Si la bañera tiene una profundidad de treinta centímetros, a superficie del cuerpo cubierta de arcilla mojada es de un metro cuadrado.

El primer fenómeno se explica por el reflujo de una cantidad de sangre, desde las extremidades y ciertos órganos en los que se almacena, hacia la parte superior del tronco. El descenso del nivel del azúcar proviene del gran consumo de calorías provocado por la temperatura fría el baño. Esta pérdida de calorías se compensa mediante la producción de energía calórica por oxidación y combustión. El contenido de azúcar en la sangre de los vasos periféricos disminuye por algún tiempo. El fuerte apetito que siente el paciente después del baño de arcilla, el testimonio de estas reacciones.

Los baños de arcilla están indicados en las primeras etapas de la diabetes, pero para los enfermos amenazados de hipoglucemia hay que vigilar que su alimentación sea rica en glúcidos. Las reacciones de las glándulas suprarrenales se ven también favorecidas.

La importante transferencia de sangre hacia la parte superior del cuerpo, durante el baño de arcilla, implica un aumento de presión en el circuito venoso.

El baño frío de arcilla pude acelerar el pulso a ciento diez pulsaciones por minuto durante los cuatro primeros minutos y al cabo de diez vuelve el ritmo inicial. Treinta minutos más tarde se advierte una disminución de la frecuencia seguida de una ligera aceleración después del masaje, retornado luego definitivamente a la normal

Precauciones a la hora de tomar baños de arcilla

Durante estos baños de arcilla se ha comprobado una disminución constante de la capacidad torácica que llega hasta un 33 por ciento y que se explica por el hecho de que el flujo de sangre hace que disminuya progresivamente el volumen de aire, Al entrar menos aire, disminuye el contenido de oxígeno en la sangre. También puede producirse un aumento pasajero de tensión en la arterial pulmonar. La duración de estas perturbaciones no se ha determinado aún con precisión. Tampoco se ha comprobado cuánto tiempo dura esta sobrecarga del sistema circulatorio y pulmonar después del baño y cuando empieza la reacción del relajamiento.