Rosácea: todo lo que debes saber (Parte I)

Cuando ves a una chica que se pone colorada por cualquier motivo, por más absurdo que sea, seguramente lo primero que se te cruza por la cabeza es pensar que es tímida, introvertida o muy vergonzosa. La realidad es que en muchos casos no es una cuestión de personalidad sino que puede tratarse de rosácea.
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La rosácea es una afección inflamatoria crónica de la piel: fundamentalmente, de los vasos capilares de la dermis del rostro. En general, los primeros síntomas empiezan a aparecer entre los 20 y 35 años, y es más común en las mujeres que en los hombres. La mayoría de las personas lo considera un trastorno menor. Incluso, según la Sociedad Nacional de Rosácea de los Estados Unidos, muchos de los que la sufren, no saben que la tienen porque no fueron revisados por un médico. Si tienes síntomas de enrojecimiento de la piel del rostro (van y vienen, pero luego de un tiempo se instalan), debes consultar a un especialista. En especial si eres de tez blanca y hay en tu familia algún antecedente de esta afección.

¿De que se trata?

Hoy en día no se sabe específicamente cual es la causa de esta afección, pero determinados factores generan un aumento del flujo sanguíneo hacia la dermis superficial. Entre ellos se destacan los tópicos irritantes (como las cremas con fragancias), ciertos tipos de fármacos ligados a la hipertensión, el alcohol, el tabaco, los condimentos picantes, las temperaturas altas o muy bajas, el viento, el sol, y el síndrome pre menstrual. Además, por supuesto, la rosácea también está vinculada a todo lo emocional: la alegría, un susto, el enojo, la vergüenza o el estrés, entre otros. Este fenómeno tiene una explicación científica: los estímulos emocionales producen la liberación de sustancias químicas en las terminales nerviosas (neurotransmisores) de la piel, lo que a la vez genera la secreción de otras sustancias locales que terminan por irritar o alterar los tejidos. Existen diferentes grados o etapas de rosácea. Es leve cuando hay una tendencia a ruborizarse con facilidad. Pero si además del enrojecimiento aparecen pequeñas arañitas vasculares (telangiectasias) y lesiones sobreelevadas en la nariz, las mejillas, la frente y el mentón (pápulas rosadas), es moderada. Cuando hay inflamación, pústulas, agrandamientos de las glándulas sebáceas de la nariz y hasta las mejillas (cosa que en general, les ocurre a los hombres), entonces se trata de una rosácea severa. Si te interesó esta información, no te pierdas la segunda parte de esta nota, en la que te contaremos cuáles son las consecuencias de la rosácea, sus tratamientos y otros tips para que tengas una idea más completa sobre esta afección.