Un viejo molino rodeado de naturaleza y paz: el Molí Blanc Hotel

Situada junto a la ciudad de Igualada y a menos de una hora de Barcelona, Jorba es una pequeña localidad que cuenta con unos 700 habitantes, en la comarca de l Un viejo molino rodeado de naturaleza y paz: el Molí Blanc Hotel Jorba dispone de un establecimiento donde alojarse que reúne todos los requisitos que deseamos cuando buscamos un lugar dónde alojarnos. Belleza, tranquilidad, comodidad, una magnífica decoración, un buen servicio pero con un trato familiar, un entorno natural y buenas comunicaciones. Todo ello lo reúne el Molí Blanc Hotel, un alojamiento que hará nuestra estancia inolvidable.

Rodeado de naturaleza y en un entorno de gran belleza donde reina el silencio, el establecimiento se ubica en lo que fue un antiguo molino construido en el siglo XVII, que conserva todo su atractivo original y se halla a menos de una hora de Barcelona.

El establecimiento ofrece unas amplias y lujosas habitaciones, decoradas a base de tonos marrones y claros que invitan al descanso, y equipadas con pantalla de plasma y televisión por satélite, acceso a internet, escritorio, butacas, y, por supuesto, un baño completo y de grandes dimensiones.

Las estancias del hotel, con sus muros de piedra y sus techos con vigas de madera, está decorada con un estilo rústico de una gran elegancia, en el que se nota la mano de buenos profesionales. El cliente dispondrá de rincones donde sentarse cómodamente en una butaca o sofá, junto al fuego en las épocas del frío, a leer un buen libro o simplemente para mantener una agradable charla con sus acompañantes u otros huéspedes.

El hotel dispone de salas para reuniones perfectamente equipadas, lo que lo hace ideal para convenciones y eventos parecidos, más teniendo en cuenta la poca distancia que le separa de Barcelona. También tiene la infraestructura necesaria para celebraciones o fiestas con grupos numerosos, incluso bodas, disponiendo para ello de elegantes salones así como de unos hermosos jardines en su exterior, donde, aparte de la piscina, se encuentran bellas zonas con vistosos parterres de flores, un pequeño bosque e incluso un riachuelo que los atraviesa.

La cafetería del establecimiento también es un remanso de paz, un lugar donde tomar algo relajadamente y cuya ambientación desprende tranquilidad y sosiego. Y en su restaurante se pueden degustar platos caseros y típicos de la gastronomía catalana, como su escudella con carne de olla, un arroz a la cazuela con marisco, un fricandó de ternera con setas, un guisado de sepia con patatas o una exquisita zarzuela de pescado.