La rosa de Navidad y su bella leyenda

La rosa de Navidad, conocida también como eléboro, es una hermosa flor que tiene la peculiaridad de que florece durante estas fechas navideñas, y dura hasta entrada la primavera. La podemos encontrar en las zonas frías del centro del continente europeo, desde los bosques alpinos hasta los Montes Balcanes. La rosa de Navidad y su bella leyenda Sus pétalos son de color blanco, algunas veces con las puntas rosadas, tiene estambres amarillos y unas hojas duras de color verde intenso. Pueden alcanzar hasta los 50 cm. de altura y normalmente se las encuentra en grupo, formando bellos conjuntos en las tierras montañosas en las que florecen.

El origen de esta flor, tan resistente a los fríos inviernos alpinos, tiene una bonita leyenda.

Se cuenta que durante una fría noche de finales de diciembre, una pequeña pastora estaba poniendo sus ovejas a resguardo del frío en el monte, cuando de pronto vió pasar a tres misteriosos hombres que no había visto nunca. La oscuridad de la noche le impidió verles bien, pero sí pudo oler la huella que dejaron los tres personajes cuando desaparecieron en la lejanía. Olían a incienso y mirra.

No se había repuesto aún la pastorcilla de su asombro cuando vió pasar un grupo de alegres pastores cantando. Iban cargados con nueces, miel, castañas, avellanas y otros exquisitos productos. Como seguían el mismo camino que los tres hombres, la pastora se decidió a preguntarles dónde iban con todos estos productos.

Los pastores le contestaron que iban a ofrecerlos de presente al niño Dios, que había nacido en un portal.

Entonces la pastora sintió ganas también de seguir a la comitiva para ofrecer algún regalo a Jesús, pero enseguida se dió cuenta de que no tenía ninguna cosa para ofrecer. Esto la entristeció tanto que se puso a llorar.

Un pequeño ángel que pasaba sintió pena por la niña y se paró ante ella para preguntarle el motivo de su tristeza. La pastorcita le explicó que lloraba porque ella no tenía nada para regalar al niño Dios. Entonces el ángel decidió ayudarla y pasó uno de sus pies por la nieve, floreciendo en aquel momento una hermosa flor, que entregó a la niña que, muy contenta, la cogió y salió corriendo para ir a ofrecerla a Jesús.

Desde entonces se dice que cada año en estas fechas las rosas de Navidad vuelven a florecer recordando la historia de la pastorcita.