Cómo conseguir unos brazos y unas piernas más firmes

Las piernas y los brazos son terrenos muy fértiles para que florezca la flacidez mucho más rápido que en otros lugares de nuestro cuerpo. Pero por suerte, estas zonas pueden trabajarse haciendo algo de ejercicio, vigilando lo que comemos y recurriendo a la ayuda de la fabulosa cosmética reafirmante. Cómo conseguir unos brazos y unas piernas más firmes

Tornear los muslos y los brazos sin salir de casa

Los músculos de toda la zona interna de los muslos y de los brazos no se llegan a poner en marcha simplemente con los movimientos que realizamos diariamente por lo que van perdiendo tono muscular con mucha mayor rapidez que otras zonas. Además la piel que los recubre es muy fina y se puede “descolgar” con suma facilidad, pero la buena noticia es que podemos recuperar la tonicidad muscular con una rutina muy sencilla de ejercicios.

Para ganar firmeza en los brazos y definir el contorno de sus músculos, necesitamos hacer ejercicios con pesas. Para la cara interna el más eficaz es el consistente en coger un brick de leche o de zumo con una mano y estirar el brazo mirando hacia arriba, poniéndolo en línea con el tronco para intentar acercarlo posteriormente  todo lo posible al omoplato. Este ejercicio debe repetirse 15 veces en cada brazo.

Para la parte alta de la rodilla, necesitaremos sentarnos mientras juntamos las piernas y colocamos algo de peso sobre ellas como libros, cartones de zumo, etc. para sujetar el asiento de la silla  con las manos e ir elevando las piernas. Para fortalecer la parte interna de los muslos resulta muy efectivo tumbarse en el suelo y levantar las piernas un par de palmos de éste para proceder a separarlas y acercarlas con movimientos continuos  como si fueran unas tijeras. Muy buen resultado da también colocar una pelota entre las rodillas  y hacer presión hacia dentro.

Combatir la flacidez desde la mesa

Más de una vez al ponernos a dieta hemos visto como además de perder kilos avanzaba la flacidez en nuestro cuerpo, pero una dieta desequilibrada o drástica no es la única culpable de la pérdida de densidad y de tonicidad en nuestra piel, ya que el paso del tiempo también produce estos síntomas puesto que con la edad, se va fabricando menos elastina y colágeno, fibras encargadas de tensar y de dar firmeza a la dermis. Para evitar ésto podemos introducir algunas mejoras en nuestra dieta como por ejemplo, intentar que en cada una de las comidas principales haya proteínas, algo que se puede conseguir consumiendo un mínimo de una ración de carne, de pescado, de huevos o de algún lácteo. Otro nutriente esencial, ya que interviene en la producción de algunas sustancias que sostienen la piel, es la vitamina C, así como el silicio que ayudan a mantener nuestra epidermis mucho más firme. Podemos encontrarlos en la fruta tropical, las frutas cítricas, las fresas, la avena, los cereales integrales, la calabaza y el maíz.

Y como colofón final no puede faltar una buena  hidratación de la pie, ya que epidermis deshidratada va perdiendo tonicidad al volverse cada vez menos resistente y mucho más delgada, por lo que se debe hidratar con activos como la manteca de karité o la glicerina que se encargarán de nutrir perfectamente nuestra piel.