Uno de los momentos que a todos los padres nos toca vivir es la primera noche fuera de casa de nuestro hijo. Prácticamente todos estaremos de acuerdo en que el hecho de que darle al niño la oportunidad de vivir esta experiencia de pasar la noche alejado de sus padres es muy positivo para su desarrollo, ya que le da la oportunidad de relacionarse socialmente y a la vez de aumentar su propia autonomía. 
Lo que sí se preguntan muchos padres es a qué edad pueden permitir al niño dormir fuera de casa, pregunta a la que no existe una respuesta válida para todos, ya que depende de muchísimos factores.
Uno de ellos depende de a qué lugar va a dormir al niño, ya que no es lo mismo que vaya a casa de los abuelos, que de unos amigos, que de campamentos. Para facilitar este asunto, supondremos que estamos hablando de ir a dormir a casa de alguún amiguito.
Hemos de tener en cuenta, también como un factor muy importante, que hay niños que desde una edad muy temprana están ya acostumbrados a dormir fuera de su casa. Suele ocurrir mucho en los casos en que los respectivos padres sean amigos, en que se quedan los niños a dormir uno en casa del otro sin ningùn tipo de problema y como algo normal.
Para los niños que no están acostumbrados, lo mejor es esperar a que el niño lo pida, porque seguramente querrá decir que éste es el momento en que el pequeño ya lo tiene asumido y además lo desea. Aunque no hay una edad fija, si cabe decir que hacia los 6 años cualquier niño ha de estar preparado para esta experiencia.
Las advertencias que normalmente les damos, de còmo han de comportarse y los consejos necesarios, se los debemos dar sólo una vez, por ejemplo aprovechar cuando preparamos las cosas que se llevan, pero evitaremos repetírselos machaconamente una y otra vez. Intenta que él lo vea algo normal, y hazle saber que cuando él quiera tú lo irás a buscar.
