Dormir nos pone en forma

Resultaría perfecto levantarnos cada día con nuestras pilas bien cargadas y estar de buen humor durante todo el día. Si queremos rendir más y sentirnos más lúcidas y más concentradas para afrontar con más calma todos los problemas cotidianos, te interesará saber que la solución se encuentra entre las sábanas. Dormir nos pone en forma

Potenciar nuestra inteligencia

Cuando nuestro sueño ha sido todo lo reparador que necesitamos, nos despertaremos con mucha más vitalidad y nos sentiremos más motivadas para afrontar el maravilloso día que se nos presenta por delante.

Son diversos los estudios que han logrado demostrar que el sueño tiene una gran influencia en los procesos de aprendizaje como reorganizar los conocimientos que se han ido adquiriendo durante la vigilia así como en los procesos de regeneración de nuestra piel y del sistema nervioso. Incluso se ha logrado comprobar que nuestro cerebro utilizar imágenes procedentes del sueño para lograr mejorar nuestras habilidades sociales.

Ahuyentar la tristeza

Sin duda uno de los trastornos psicológicos que más nos pueden influir a la hora de conciliar el sueño y de contar con una buena calidad de éste es la depresión. En estos casos es posible encontrarse con situaciones en las que se duerme demasiado o en las que se hace durante muy pocas horas. En cualquiera de ellos el sueño no resulta reparador pues llegaremos a sentir cansancio y necesidad de seguir durmiendo. La ansiedad y el estrés también alteran nuestro sueño.

Minimizar las preocupaciones

Podemos recurrir a la meditación antes de acostarnos ya que es un facilitador del sueño ya que nos enseña a controlar la atención.

En vez de dirigir nuestra atención en pensamientos que nos desagradan y que nos obsesionan, con la meditación conseguiremos centrarnos en nuestro presente. Además con ella aprenderemos a buscar mejores soluciones a nuestros conflictos para que éstos no nos ocupen todo nuestro pensamiento a la hora de descansar por la noche.

Relajarse

Si antes de acostarnos nos tomamos una infusión calmante como por ejemplo la valeriana, conseguiremos relajar nuestros músculos y tranquilizarnos. La amapola de California, el azahar, la pasiflora o unas gotas de lavanda colocadas en un pañuelo junto a nuestra almohada, también ayudarán a favorecer nuestro descanso.

Pautas para dormir bien

Es importante intentar acostarse y despertarse, dentro de lo posible, a la misma hora.

Resulta importante dar tiempo a nuestras preocupaciones pero no más de veinte minutos antes de dormirnos. Podemos apuntarlas en un cuaderno y no volver a pensar en ellas como mínimo, hasta el día siguiente.

También es importante acostarnos sólo cuando verdaderamente tengamos sueño ya que hacerlo antes nada más que nos puede llegar a provocar frustración si no lo conseguimos.

Si tenemos la oportunidad de poder echarnos la siesta, es imprescindible que ésta no exceda de unos 20 ó 30 minutos.

Un baño tomado una hora y media antes de irnos a dormir con agua caliente, actúa como un relajante muscular excelente que nos permitirá dormir mucho mejor.

Si tenemos una vida sedentaria, es seguro que nos cansaremos mucho antes y necesitaremos más reposo si practicamos algo de ejercicio a media tarde por ejemplo, pero en ningún caso antes de irnos a dormir, ya que sólo conseguiremos activarnos en exceso con lo que conseguiremos el efecto contrario.