De entre todas las especies de caracoles de mar, una de las más populares es la conocida como cañaílla. La manera más frecuente de consumirlo en en los aperitivos o como tapas, aunque a veces también se usan como uno de los ingredientes de algún plato hecho con marisco o pescado, como la paella. 
Se trata de un producto realmente exquisito, por lo que la manera más popular de comerlos es simplemente cocidos, no necesitando complementos gracias a su buen sabor.
Dado que se encuentran cerca de la costa, pueden tener barro, por lo que antes de cocerlas deben lavarse bien. Para lavarla, deberás llenar un recipiente de agua fría y sumergir los caracoles en ella. Al cabo de un rato cambia el agua. Ve cambiándola hasta que veas que ya no queda barro. Entonces las pones en agua con sal gorda y las dejas una hora, para asegurarnos bien.
Seguidamente comprueba que no haya ninguna vacía o en malas condiciones, y deséchala, porque sino olería mal al cocer.
Finalmente, para cocerlas debes poner una olla con agua en el fuego con 2 cucharadas de sal por litro de agua, junto a 2 ó 3 hojas de laurel y los caracoles, y lleva a ebullición. A partir de que empiece a hervir deberán estar 10 minutos, pero ni uno más.
Enjuágalas con agua fría y escúrrelas. Sírvelas frías con rodajas de limón.
