Bronceado impecable: durante y después del verano

De la mano del verano, llega el color del sol, que nos acompañará durante toda la estación e incluso luego también, si es que sabes mantenerlo.

Si bien muchas veces el color es más duradero o por una Bronceado impecable: durante y después del verano El Bronceado: Si durante la exposición solar el bronceador ha sido colocado de manera correcta, la piel lucirá un color parejo, sin zonas más oscuras ni más claras, sin resecamiento ni líneas semiclaras. Pero una vez logrado esto, habrá que cuidar la piel para mantener ese color tan sentador y devolver poco a poco la tersura cutánea sin perder el bronceado. Esa tersura se ve siempre empobrecida, debido a que el cutis se defiende del ataque del sol engrosándose. Y así es como se forma una barrera que disminuye la agresión solar, que siempre existe. Las cremas post-solares contienen sustancias especiales que ayudan a recuperar la piel. Las más comunes son aquellas cuyo principio activo es el caroteno, y es por eso que las cremas vegetales (por ejemplo las de zanahorias) dan excelentes resultados. También son muy efectivas aquellas que contienen aloe vera, sobre todo porque ayudan a calmar el ardor de la piel cuando ésta se puso demasiado roja. El bronceado se mantendrá durante más tiempo si se le da elasticidad e hidratación a la piel y si en su cuidado no se incluyen cremas demasiado grasas. Para todo tipo de cutis el tratamiento para rostro será el siguiente:

  • Por la mañana:
    1. Aplicar una emulsión de limpieza no detersiva.
    2. Retirarla con una loción hidratante no alcohólica
    3. Colocar una emulsión humectante, preferentemente de zanahorias.
  • Por la noche:
    1. Repetir la limpieza con la misma crema
    2. Retirarla con un algodón humedecido en agua.
    3. Aplicar crema nutritiva hidratante, no grasa.
  • Una vez por semana: Aplicar una máscara durante veinte minutos y luego extender sobre la piel una capa abundante de crema hidratante-nutritiva.

Un mes después del veraneo es conveniente recurrir a las cremas autobronceantes o cualquier otro tratamiento bronceador sin sol, que ayudarán a mantener el bronceado durante el invierno.

No debes olvidar que la zona del escote, sobre todo en verano, suele ser propensa a acumular grasitud por el calor y la transpiración, por eso es recomendable extender los cuidados del rostro a esta zona.

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  • Para el cuidado del cuerpo: lo ideal es aplicar una crema nutritiva e hidratante luego de cada baño, y realizar otra humectación durante el día; es decir, si tomas tu baño por la mañana también debes humectarte por la noche y viceversa. También es recomendable utilizar una esponja una o dos veces por semana para hacer una suave exfoliación corporal y evitar así el engrosamiento de la piel.

Si tu bronceado tuvo «problemitas»: Cuando no se siguieron los cuidados necesarios durante la exposición solar y la piel está manchada, gruesa, avejentada, con líneas blancas en los ojos, zonas rojas en la nariz, y hombros de dos colores, hay algunas técnicas de emergencia a las que podemos recurrir. Los reproches están de más. Cada una se los hace a si misma, pero lamentablemente siempre se piensa: «Esto me pasa porque mi piel es muy sensible», sin recordar que, como el día estaba “bárbaro”, se expuso demasiado tiempo al sol, o la falta de cuidados que se tuvieron por el cansancio o la prisa por llegar a una reunión. Con el daño ya hecho, sólo resta tomar medidas para restablecer la normalidad. Esto se logra con un tratamiento de ataque hidrofílico, despigmentador y nutritivo y, naturalmente, con la ayuda de un profesional. Para evitar estos contratiempos lo ideal es seguir paso a paso los consejos dados.