Cinco preguntas para mejorar tus finanzas

Así como inviertes buena parte de tu tiempo en hacer gimnasia, pulirte la piel, y hacerte masajes para estar divina (más todavía!), es igualmente importante que reserves algunos minutos diarios para evaluar como hacer para tener una cuenta igual de hermosa y saludable en el banco. Cinco preguntas para mejorar tus finanzas Una de las diferencias fundamentales entre las personas ricas y los simples mortales es que los ricos, de lunes a domingo, invierten parte de su tiempo en cuidar cada centavo que ganan, en otras palabras, chequean extractos bancarios, buscan precios, comparan facilidades… y logran que el dinero trabaje para ellas. No se trata de una costumbre exclusiva de Paris Hilton, tú también puedes hacerlo. ¿No sabes como usar tu tiempo? Destínale diez minutos a responder estas preguntas, vas a  encontrar cinco actitudes prácticas para transformar, para bien, tu futuro económico.

1. ¿Para que te sirve el dinero?
a. Para pagan cuentas.
b. Para realizar sueños.
c. Para comprar zapatos.

Si elegiste la letra B, estas en el buen camino. Al fin y al cabo, la función del dinero es ayudar a tener una vida más placentera. Detente a pensar cómo te gustarla estar de acá a diez años, es posible que quieras tener una casa en la playa, viajar meses o trabajar menos. Pero para que esos sueños se vuelvan reales, necesitas un colchón de ahorro. O sea: tendrás que reducir ciertos gastos hoy y colocar tus ahorros en un lugar rentable para después poder usufructuarlos.

Estas lista para planificar tu futuro? El primer paso es saldar las deudas pendientes. Trata de asignar una cuota fija de tu presupuesto a cada una de las deudas pendientes. Una buena estrategia es debitarlo de tu cuenta bancaria para que no se te escape el dinero de las manos. Es aconsejable «atacar» primero las deudas que acumulan intereses altos. Deposita allí la mayor cantidad de efectivo posible, de esta manera no alargas el pago de las deudas creyendo que estas cancelando capital, y en cambio si te ahorras los intereses. Esta ingeniería financiera no significa que no disfrutes de la vida, sino que simplemente tienes que organizar un balance entre las metas de corto y largo plazo. Ahorrar no significa alejar el placer y la felicidad de tu vida cotidiana, solo impone cierta disciplina para llegar a tus objetivos.

2. ¿Cómo definirías tu actitud financiera?
a. Siempre gasto más de lo que gano.
b. No me preocupa el dinero porque todas las cuentas, hasta ahora, me cierran bien a fin de mes.
c. Evito salir con la tarjeta de crédito para controlar mis gastos.

Si respondiste A o B, hay un consejo para vos: si quieres ser rica, baja algunos cambios en tu vida loca. Inclusive si marcaste C, estas demostrando no tener total control sobre tus impulsos y es por eso que también corres el riesgo de caer barranca abajo. Cuando la gente se transforma en deudora de un banco (porque paga con tarjeta de crédito) es cada día más pobre, porque la riqueza se la terminan quedando los acreedores. La primera medida consiste en suspender al máximo los gastos, antes de quedar en rojo. Tranquila: «achicarte» no significa irte a vivir al monte y transformarte en un monje asceta. Solo basta con elegir programas un poquito más económicos que lo usual. Es como cuando pierdes peso: los primeros días no se nota demasiado, pero si mantienes hábitos saludables vas a terminar viendo como la aguja de la balanza desciende… o, en este caso, el saldo de la cuenta mejora.

3. ¿Cuál de estas situaciones te ocurren a menudo?
a. Compro todo lo que quiero.
b. Atraso el pago de mis cuentas por falta de dinero.
c. Me parece inútil anotar las entradas y salidas de dinero; y los motivos por los que se hizo cada movimiento de plata. Eso es para obsesivos.

Tanto si elegiste A, B o C, la pregunta es la misma: ¿cómo quieres ser rica si no sabes adonde va tu dinero? Lleva un diario en el que anotes todo lo que gastas. De esta forma tendrás control sobre tus deudas. Así que prográmate: El diez por ciento de tus ingresos mensuales deben destinarse a cancelar deudas, llueva o truene; lo importante es descubrir cual es la formula ideal para que puedas economizar. Y, antes de empezar a reclamarnos que el ahorro no tiene ninguna gracia, recuerda que ese ajuste te permitirá realizar tus sueños. Saber que tienes el dinero guardado da tanto placer como comprar un par de zapatos, sin mencionar que, conforme pase el tiempo, ese dinero irá teniendo cierto valor. Eso te dará fuerza de voluntad para juntar aún más. Y terminarás adquiriendo el hábito sin sufrirlo demasiado.

4. ¿Cuál de estos ítems describen mejor tu relación con el ahorro?
a. ¿Ahorrar qué? Gracias que mi sueldo me permite sobrevivir.
b. ¿Ahorrar para qué? iLa vida es corta!
c. Dejo el concepto de ahorro para cuando me sobra el dinero.

Ninguna de estas respuestas ayuda a conquistar la casa propia. Economizar puede ser difícil, pero siempre es posible, Para empezar, si tu sueldo es tan bajo que apenas te permite pagar las cuentas, alguna cosa está mal. ¿No será que estas pagando algo por encima de su valor real? Si la cuenta del celular es abultada, prueba  con pasarte a un abono más barato, o directamente manejarte con tarjeta y solo para hacer llamados indispensables.

Además de achicar tus cuentas, puedes buscar una  forma de tener ingresos extra. Podrías acercarte a una feria americana y vender allí la ropa vieja que hace mucho que no usas, o usar más la bicicleta (así ahorras viáticos y haces gimnasia a la vez), o vender cremas o accesorios a tus compañeras de trabajo.

5. ¿Qué criterio usas para decidir donde invertir?
a. Nunca pienso en eso. ¡Los números y los porcentajes me dan escalofríos!
b. Termino metiendo todo en la caja de ahorro.
c. Sigo los consejos de mi papá o de mi novio.

Cualquiera de las alternativas que hayas elegido merece la siguiente observación: anímate a invertir. Valoriza cada centavo. Ese es el comienzo de algo mayor. Para no llegar al tema desde afuera, interiorízate con libros que hablen de inversiones, metete en el sitio web del banco y ten el ojo encima de los rendimientos de cada operación. De ese modo, los términos económicos se irán tornando menos temibles. Apuesta a los plazos fijos conservadores y prefijados (nada de tasa variable, así sabrás de antemano cuanto ganarás). Además, aprovecha y pregunta al gerente sobre la jubilación privada. Pensar en eso apenas se extra al mercado de trabajo es la mejor forma de garantizar un futuro próspero invirtiendo poco. Dependiendo de tu edad, invirtiendo mensualmente equivalente al valor de una pizza con cerveza, tendrás suficiente.