Si nos detuviéramos en cualquier momento el día para pensar en todos nuestros deseos, nos daríamos cuenta que continuamente estamos deseando que las cosas resulten diferentes, siempre deseando, deseando y deseando. Pero las circunstancias de la vida son las que son y suceden en su momento. Si no aceptamos dichas premisas, el estrés acabará apoderándose de nuestra existencia. 
Claves para vencerlo
Observar, aceptar y responsabilizarnos. En el momento en que veamos las cosas como son tal cual, empezará a surgir en nosotras la aceptación. Este proceso natural lleva su tiempo pero denota una gran inteligencia ya que no se trata de resignarse sin más, sino de aceptar aquello que no se puede cambiar. Por otra parte cuando nos relacionamos con otras personas y nos hacemos cargo de las relaciones o situaciones que se generan en nosotras, comenzaremos a responsabilizarnos verdaderamente.
Aceptar pero sin resignarse. Aceptar lleva implícito conocer nuestros pensamientos y nuestros sentimientos y enmarcarlos dentro de un contesto real. Si no nos hemos relacionado con todo esto, este proceso no será aceptación sino más bien conformismo o resignación, que son algo muy distintos ya que nacen del miedo y de la resistencia a contactar y observar lo que pasa en nuestra realidad más íntima. Además evitan que afrontemos las decisiones que tenemos pendientes, surgiendo del temor a perder esa cómoda posición en la que creemos que estamos. Igualmente presuponen una falta de ilusión y de compromiso.
Ponerse en acción. Para esto lo principal es aceptar que dentro de cualquiera de las situaciones que nos inquietan siempre existe un elevado porcentaje de circunstancias que se van a escapar a nuestro control totalmente, por ejemplo no podemos controlar el trabajo de otras personas, ni que el clima cambie nuestro itinerario o que nuestros seres queridos no enfermen. Por esto es muy importante distinguir claramente las situaciones sobre las que sí que podemos tomar decisiones de las que no y preocuparnos de cambiar solamente aquellas cosas que sí son posibles de cambiar.
Ejercicios mentales para eliminar el estrés
-Incorporar momentos de consciencia y de calma en nuestro día a día para detenernos y dejarnos estar. En esos breves espacios tan solo debemos fijarnos en nuestra respiración.
-Debemos buscar las emociones que han ido apareciendo durante el día e intentar nombrarlas solo como ejercicio. Y es que aprender a reconocerlas será el primer paso para gestionarlas y aceptarlas.
– En las situaciones difíciles deberemos preguntarnos si podemos atravesar esta etapa de una manera diferente ya que por lo general en estas circunstancias nuestra mente la llenamos con pensamientos negativos y con un malestar general en nuestro cuerpo.
-Observaremos nuestros pensamientos y nos preguntaremos si lo que estamos pensando es real e intentar observarlos como pensamientos no como realidades.
-Debemos responsabilizarnos de los que sentimos y observar cuándo nuestro malestar está relacionado con las expectativas que tenemos acerca de otra persona, para poder así comenzar con el proceso de aceptación.
