Madres modelos, una moda peligrosa…

Al momento de quedar embarazadas, las mujeres son conscientes de que tanto fumar como beber alcohol es muy peligroso para el bebé. Pero hay una nueva tendencia que es tan perjudicial como estas dos, que las futuras madres están adoptando sin tener en cuenta que puede traer serios problemas al bebé: la dieta durante el embarazo. Madres modelos, una moda peligrosa... Tal como se ven (flacas, sonrientes y con una pequeña panza a la altura del abdomen) estas «madres modelo» son la cara glamorosa de una tendencia que, en rigor, es de terror: hay estudios que aseguran que cada vez son más las embarazadas hacen dieta y se matan en el gimnasio, con la intención de esquivar el clásico sobrepeso que llega con la gestación de un hijo. Como si fuera poco, otro estudio descubrió que una de cada cinco mujeres en la dulce espera piensan que está bien saltearse algunas comidas. Para ser una nueva moda, es bastante peligrosa, ¿verdad? Para la mayoría de las mujeres, el fantasma siempre está. Todas las que alguna vez cuidaron su cuerpo temen sufrir el clásico sobrepeso post parto. Y el mayor problema es que la mayoría de las embarazadas ignoran que al matarse de hambre están poniendo en riesgo la salud del bebé. Hay quienes, inclusive, se alegran de tener náuseas durante el primer trimestre porque ese mareo las ayuda a inducir el vómito y perder peso… y hay otras que se embarcan en planes de alimentación muy rígidos y excesivamente bajos en carbohidratos, mientras que esas dietas no contemplan la cantidad de vitaminas, minerales y nutrientes que requiere el cuerpo, y ponen en riesgo la salud de la madre y del hijo. Por eso, las embarazadas necesitan cumplir con un mínimo de cuatro comidas diarias, y realizar un plan de alimentación que incluya frutas, vegetales, cereales, lácteos y carnes. Es malo para el bebé… Las modelos suelen ser un clásico ejemplo de esta situación, pues aún durante el período de embarazo, se ven delgadas como si no estuvieran llevando un hijo en el vientre. Un ejemplo de esto, es el de Letizia Ortiz, que durante su embarazo lució tan delgada que hasta llegó a preocupar a las autoridades. Esta ultradelgadez se debe a que las famosas viven presionadas por mantener sus obligaciones sin cambios y lograr un bajo peso entendido como «perfecto»… y esta obsesión luego se traslada al común de las mortales. Aquí un testimonio que puede servir de ayuda para saber lo que NO hay que hacer: “La idea de engordar me preocupaba tanto que usaba mis náuseas matinales como excusa para no comer«… «La falta de alimentación me generaba más nauseas y me dejaba exhausta por el resto del día. Llegó un momento en el que me empecé a sentir muy débil… Comía como un pajarito y después, para contrarrestar ese poco que había comido, me mataba en el gimnasio. Al quinto mes tuve pérdidas importantes y los análisis de sangre empezaron a dar pésimos. Mi obstetra se enojó conmigo y me explicó que esa falta de cuidado podía dañar al bebé. Ahí me mandó a una nutricionista y me esforcé por comerr seis veces al día en una cantidad razonable. Eso me permitió recuperar el peso necesario. Por suerte, mi hija nació bien, aunque un poco por debajo de su peso. Todavía tengo cargo de conciencia por haber sido tan egoísta y negligente«. Esta madre no sabía que escatimar comida era tan peligroso como fumar o beber alcohol durante el embarazo. Tampoco imaginaba que una dieta irresponsable aumentaba el riesgo de deformidades congénitas y perjudicaba el desarrollo fetal, aumentando las chances de que el bebé naciera por debajo de su peso y en forma prematura, además de causar otros problemas de salud. Las embarazadas que hacen dietas drásticas tienen una mayor disposición a tener un bebé con retrasos mentales, y además, los bebés desnutridos pueden desarrollar diabetes, presión alta y problemas cardíacos con mayor facílidad. Si estás embarazada y sigues una dieta, puedes ocasionarle un perjuicio a tu cuerpo al poner en riesgo tus huesos (estás ingiriendo poco calcio) y tu integridad general, ya que una deficiencia de hierro te llevaría sin escalas a la anemia. Cualquiera de estos cuadros puede derivar en sangrado, pérdidas y complicaciones durante el parto. Además, los problemas como las palpitaciones, la constipación y la pérdida de cabello también pueden profundizarse. Aun sabiendo todas las derivaciones que pueden existir, hay muchas mujeres que no se resignan a aceptar que aumentarán su peso en esos nueve meses. Durante el embarazo la imagen corporal se modifica de un modo drástico y eso es muy contundente para las mujeres, no sólo porque sienten que pierden control sobre su figura, sino también porque los cambios en el cuerpo son muy visibles para los demás: es imposible ocultar un embarazo. Cuando empiezan a experimentar el crecimiento de los pechos y el estiramiento del abdomen y los muslos, algunas entran en pánico. De los kilos que se aumentan, hacia el final del embarazo hay aproximadamente tres que corresponden al bebé, uno al líquido amniótico y otro a la placenta. Pero algunas mujeres cuando ven que aumentan más que cinco kilos, empiezan a perseguirse con que el resto de los kilos son “gordura” y temen que jamás puedan recuperar el cuerpo que tenían. Otras de las leyendas que según los especialistas generan actitudes obsesivas en las futuras mamás es la creencia de que para tener un embarazo perfecto hay que aumentar un kilo por mes, y resulta que ese es un mito, porque las mujeres que antes de quedar embarazadas estaban por debajo de su peso, se estabilizan durante el embarazo y aumentan entre 12 y 14 kilos. Dos tercios de este peso suelen irse en los primeros meses después del nacimiento, más aún si dan de amamantar. Entonces, si estas embarazada o estas pensando en tener un hijo, ten en cuenta esta nota, y asegúrate de seguir un plan alimentario balanceado y rico en nutrientes (calcio, ácido fólico y hierro) y basta de preocuparse por el peso, porque tanto tú como tu bebé, no necesitan sumar estrés y/o problemas en este momento de la vida. Además, olvídate de las sesiones extenuantes de gimnasia, porque esto lleva sangre a los músculos y lejos del bebé. En vez de hacerte la cabeza con los kilos de más, aprovecha para sacar a relucir tu panza, pues en todos lados te harán sentir una diva, así que aprovecha el momento, porque luego seguramente extrañarás todos esos mimos…