Cómo hablar a un niño de la muerte

Si hay un tema difícil y delicado sobre el cual a ningún padre nos gusta hablar con nuestros hijos, es el de la muerte. Y, sin embargo, es un tema que, más tarde o más temprano, no nos va a quedar más remedio que afrontar. Cómo hablar a un niño de la muerte Los niños, de hecho, tienen conocimiento de la muerte desde muy temprana edad, ya que todos ellos tienen ocasión, por ejemplo, de ver algún animalito muerto. Lo difícil es cuando tenemos que explicarles que quien ha muerto es una persona cercana a ellos. 

Es en este momento cuando muchas veces hacemos aquello que no debemos, y, para suavizarles el asunto nos inventamos mentiras que a la larga van a ser negativas para ellos. Si algo hemos de tener en cuenta en este punto es que, según la opinión de los expertos, los niños están capacitados para entender la muerte. Además, el pequeño detecta que algo pasa y es malo que piense que se le deja al margen.

Los padres debemos hablar sobre este tema al niño con un lenguaje sencillo y claro, aunque, eso sí, evitando entrar en detalles que no conducen a nada. Debemos contestar lo más sinceramente posible a las preguntas que ellos nos harán intentando no dramatizar. Muchas veces los niños, al comunicarles una muerte, temen que sobrevenga la de los padres o la propia, por la que hemos de intentar transmitirles un mensaje de seguridad, diciéndoles que no es lo normal, que la gente suele morir cuando ya tiene muchos años y que falta mucho tiempo para ello.

No debemos jamás decir a los niños mentiras del tipo “se ha ido de viaje”, pues ello puede causarle mucha angustia cuando otra persona marche realmente de viaje. Ni tampoco que “se ha dormido”, ya que muchos niños reaccionan ante ello con temor a dormir y no despertar.

Otro dato a tener en cuenta es que los niños menores de 6 años suelen tener un concepto de la muerte como algo temporal, por lo cual es muy posible que tengamos que explicarles más de una vez que esta persona no va a volver.

El tema es delicado y muchos padres lo rehuyen, lo que causa más temos aún en los niños, que evidentemente detectan este temor. Si unos padres no se ven capacitados para hablar de ello siempre pueden recurrir a un profesional, aunque es preferible que sea alguien con lazos afectivos con el niño quien le hable del tema.