En la vida siempre se están viviendo constantes cambios y uno de los que más marcan, es el que tiene que ver con el paso de ser una estudiante a convertirse en una trabajadora. Es una etapa en la que se asimila que ya se es del todo adulta y que se tienen las capacidades para sobrevivir por si misma. Salir de la universidad es uno de los logros más grandes para alguien, pero representa un gran cambio en la vida y también afrontar un gran miedo: tener que conseguir trabajo y asumir la vida como una empleada, con nuevos gastos, con responsabilidades, con un camino hacia la independencia.
No es fácil, pero trabajo hay, el problema es poder aplicar y que se ajuste a los gustos de los jefes y sicólogos que realizan entrevistas de trabajo. También es complejo presentar pruebas laborales y demostrar capacidades que se tienen o conseguir el empleo a pesar de que no se tengan todos los talentos que se solicitan en la vacante. Lo bueno es que muchas universidades tienen dentro de sus programas de estudio, las prácticas laborales y allí pueden empaparse un poco de la realidad que enfrentaran cuando terminen su carrera. El estar directamente en una empresa, les facilita saber cómo es el día a día en una rutina laboral, el manejo de pagos y sueldos, seguir órdenes de superiores y aprender a trabajar en equipo.
Por otro lado, está la opción de generar su propia empresa cuando terminen sus estudios y aunque al principio puede ser complicado por el factor económico, con el tiempo, se pueden evidenciar los beneficios que se tienen al tener un propio negocio. Aunque todo depende del grado de responsabilidad de cada persona, pues no es creer que porque se es el propio jefe, no se deben cumplir responsabilidades y horarios, incluso puede llegar a ser más crítica la situación, ya que se debe sacar adelante todo una empresa, una producción, unos pedidos.
Hay que ver el plus que se tienen cuando se entra a trabajar. Lo primero que hay que entender es que ya se ha terminado otra etapa en la que se dependía de los padres y es hora de empezar a depender de si mismo gracias a los conocimientos que se tienen. Es una buena manera de divertirse en lo que llama la atención, en lo que cumple expectativas y lo que gusta o agrada, porque nada más agradable que trabajar en lo que se estudio y lo que se ama, transformados en una especie de hobbie y no de obligación, así en algunos momentos genere un grado de estrés y afán muy grande. Recibir mes a mes una remuneración por la labores hechas, es muy gratificante, además que por medio de ese dinero se pueden realizar muchos planes como viajar, tener una vivienda o tener de vez en cuando un gusto, comprando alguna prenda o una comida que toda la vida se había querido, pero no se había podido por falta de dinero, mientras se era estudiante.