La higiene íntima de las mujeres en los últimos años ha ido cobrando una relevancia especial con la aparición por consiguiente, de diferentes productos y técnicas que nos permitan llevar un estilo de vida sano, aunque en ocasiones no siempre es así.
Zona genital femenina
Es importante tener en cuenta que la piel de esta zona es bastante diferente a la del resto del cuerpo ya que es mucho más susceptible a la acción de algunos productos y mucho más sensible.
En este proceso el flujo vaginal juega un papel muy importante ya que ayuda a conseguir el equilibrio de la flora bacteriana para evitar la colonización de los patógenos externos. Pero la zona genital exterior se encuentra en contacto continuo con elementos diferentes por lo que hay que tener un cuidado especial.
En los últimos años se ha centrado la atención en los probióticos, unos organismos vivos que provocan la mejoría de las condiciones en la salud de las personas. Los probióticos están poblando la vagina y los lactobacilos son los más conocidos. Dichos organismos vivos colonizan el epitelio de la vagina, creando un ambiente ácido que causa la muerte de los agentes patógenos.
Cualquier pequeño cambio que tiene lugar por la reducción de estos microorganismos, al modificar el ambiente ácido, aumenta de una manera indirecta la posibilidad de una inflamación vaginal así como la formación de secreciones.
Estos patógenos no solo atacan la superficie vaginal y el epitelio sino que además provocan un deteriore en las paredes de la vagina, haciendo que se desvanezca la capacidad protectora de ésta permitiendo que accedan otros patógenos que pueden llegar a ser muy peligrosos.
Cómo realizar una buena higiene íntima femenina
Lo primero que hay que tener en cuenta es la utilización de productos que cuenten con agentes neutros para que no se altere el PH de la mucosa de los genitales, así como irritación o sequedad.
En la medida que sea posible, deben evitarse los desodorantes íntimos ya que potencian la sequedad y pueden llegar a enmascarar lo que podría ser el comienzo de una infección.
Hay que eliminar las duchas vaginales, pues eliminan los microorganismos que protegen la vagina además de provocar también sequedad. Esta zona debe ser lavada solo con agua o en todo caso, con un jabón neutro.
La ropa interior debe cambiarse diariamente y tiene que lavarse ésta con un detergente igualmente neutro. Es recomendable el uso de ropa interior que sea de algodón o al menos que lo sea en la zona genital.
Las esponjas utilizadas para proceder a lavar la zona genital suelen ser un nido de gérmenes, por lo que deben evitarse igualmente.
Los tampones y compresas que se utilizan durante la menstruación deben ser cambiados cada tres o cuatro horas. Los tampones deben ser utilizados además solamente cuando sea necesario y no siempre, pues impiden la salida de las bacterias y del flujo.
No se recomienda la depilación láser en esta zona ya que altera sin duda, el medio ambiente de los genitales natural.