Shiatsu: masajes curativos

Shiatsu es una palabra japonesa que literalmente significa hacer presión con los dedos aunque en esta modalidad no sólo se emplean éstos sino también los antebrazos, las palmas de las manos, los codos, los pies y las rodillas. Shiatsu: masajes curativos

Ejercicios de shiatsu

Aunque el shiatsu es una técnica preventiva en esencia, también se emplea para combatir una serie de trastornos específicos ya que influyen electromagnéticamente en nuestro cuerpo. Para conseguir los mejores resultados existen una serie de ejercicios que podemos practicar nosotras mismas entre los que destacamos los siguientes:

Ejercicio número 1

Para realizar este ejercicio debemos comenzar frotando nuestras manos concentrándonos en los que vamos a hacer y energizarnos. Después con nuestra mano derecha apretamos el brazo izquierdo empezando en los mismos dedos de la mano hasta alcanzar el hombro. Volvemos a hacer los mismo pero esta vez con el brazo opuesto.

Ejercicio número 2

Con la ayuda de las dos manos presionamos nuestras sienes durante el tiempo que consideremos oportuno pero siempre con los ojos cerrados. Después vamos repitiendo esta operación por toda la cabeza. En el momento en que la presión pare inspiramos para espirar cuando aparezca de nuevo, algo que debe durar alrededor de unos cinco segundos. Después entrelazamos las manos en la nuca y presionamos en este punto especialmente que es donde solemos contracturarnos generalmente.

Ejercicio número 3

A la altura de nuestro tórax entrelazamos las manos y mientras soltamos el aire vamos estirando los brazos colocando las palmas de las manos hacia fuera. Inspiramos llevando nuestras manos hacia el cuerpo y con las palmas en esta ocasión hacia adentro. Repetimos el ejercicio todas las veces que queramos.

Ejercicio número 4

Sentadas sobre los pies, frotamos con ambas manos la zona de nuestros riñones y vamos bajando hacia los glúteos. Repetimos después la acción aunque en esta ocasión con los puños cerrados mientras vamos masajeando haciendo círculos pequeños.

Ejercicio número 5

Sentadas y con las piernas flexionadas, relajamos la columna mientras cerramos los puños pero sin hacer demasiada fuerza, aflojando las muñecas y estirando sobre el suelo las piernas. Golpeamos la parte externa de nuestras piernas suavemente y seguimos el recorrido hasta llegar a los pies. Después abrimos las piernas y las mantenemos flexionadas para hacer el mismo movimiento pero esta vez en la cara interna para llegar desde la planta de los pies hasta la zona de la ingle.

Ejercicio número 6

Sentadas sobre nuestras pantorrillas estiramos la columna muy bien y entrelazamos las manos detrás de la espalda. Inspiramos mientras estiramos los brazos y retenemos el aire durante unos segundos. Exhalamos mientras vamos aflojando los brazos. Para terminar debemos masajear nuestros órganos. Para ello colocamos una mano sobre el pecho y la otra sobre el abdomen para realizar círculos con ambas manos y en los dos sentidos todo el tiempo que sea necesario para que nos encontremos relajadas. Para terminar nos acostaremos lo más relajadas posible y con los ojos cerrados durante un par de minutos para levantarnos posteriormente muy lentamente.