Un recorrido por la historia de Mallorca: una visita a

La isla de Mallorca es uno de los más importantes destinos turísticos de nuestro país, debido especialmente a sus costas y a su gran oferta de ocio. Cada año llegan a ella un gran número de turistas con el objetivo de disfrutar de sus playas, sus restaurantes y sus locales de ocio. Un recorrido por la historia de Mallorca: una visita a Sin embargo, la isla no es sólo playa, y cualquier estación del año es buena para visitarla, con lo que probablemente descubriremos otra Mallorca. Uno de estos lugares es el conocido como “Sa Granja”.

En los bellos parajes del valle de Superna,  en el interior de la isla, junto a la Sierra de Tramontana, y a sólo 15 kilómetros de su capital, Palma, encontramos Esporles, una tranquila y pequeña población donde sus vecinos no llegan a los 5000.

En sus afueras, en una zona de frondosa vegetación, se encuentra la Granja Esporles, llamada comúnmente “Sa Granja”. Se encuentra ubicada en un bello edificio del siglo X que en dicha época fue un monasterio, pero que más tarde se convirtió en un palacio, una casa señorial de la que aún guarda la apariencia, con unos extensos y atractivos jardines llenos de fuentes naturales, flores de vistosos colores, rosales, aljibes y naranjos.

Entrar en Sa Granja es volver la cabeza atrás, es retroceder hasta la Mallorca del siglo XIV, y emprender un interesante recorrido que nos permitirá conocer cómo se vivía antaño en la isla, qué muebles usaban los mallorquines y cómo se vestían, qué instrumentos usaban para trabajar y cuáles eran los oficios que con ellos desempeñaban, e incluso saber qué comían y qué bebían.

Paseando por Sa Granja podremos ver una gran cantidad de artesanos que parecen acabados de llegar de épocas remotas para enseñarnos a qué se dedicaban cuando vivían en estas hermosas tierras mallorquinas, y cómo dominaban la tornería, la cerería, la herrería, la cestería, la espartería y muchos otros oficios artesanos que desgraciadamente son raros de ver hoy en día.

Nuestro paseo por Sa Granja tendrá su mejor final en el restaurante que en ella encontraremos, donde podremos degustar de primera mano algunos exquisitos platos mallorquines, de los que se elaboraban antaño y que han seguido elaborándose en sus fogones hasta nuestros días, generación tras generación, con una absoluta fidelidad a la receta original.