Un relajante alojamiento próximo a Santiago: el Hotel O Muiño de Pena

En el Camino de Santiago, y a muy poca distancia ya de la ciudad del Apóstol, encontramos un alojamiento con un gran encanto, de una gran belleza tanto en lo que se refiere al edificio como a los paisajes que le rodean. Es un lugar ideal para pasar unos días descansando, conociendo la mencionada ciudad o descubriendo los hermosos rincones que esconden estas comarcas y sus pueblos. Se trata del Hotel O Muiño de Pena. Un relajante alojamiento próximo a Santiago: el Hotel O Muiño de Pena El establecimiento se encuentra a tan sólo 15 minutos de Santiago de Compostela, en un entorno natural espectacular y ubicado en un edificio que antaño era un aserradero y molino de grano, cuyas ruedas todavía mueve el río Mera, que discurre junto a sus muros de piedra.

Con la reforma que se llevó a cabo en el edificio se han respetado todos sus elementos, disponiendo el establecimiento incluso de un museo donde se pueden ver una gran cantidad de objetos relacionados con las labores propias de los molinos.

La decoración es una fiel reproducción de la propia de su época. Recorriendo el establecimiento uno se sentiría transportado a otras épocas, a no ser por las comodidades actuales que por supuesto se han incorporado.

Las habitaciones, amplias y con unas preciosas vistas, son todas diferentes, aunque todas decoradas con materiales como la piedra, el hierro y las maderas nobles, que las hace sumamente confortables. Disponen de televisión, conexión a internet, baño completo y todo lo necesario para estar cómodos.

Las zonas comunes del hotel son espaciosas y confortables. Hay un gran recibidor, con rincones cómodos donde pasar un rato leyendo o charlando, así como un gran salón, punto de encuentro de los huéspedes, un cómodo espacio donde se puede ver una película o realizar cualquier otra actividad.

Situado en pleno paraje natural, el entorno del hotel ha sido equipado con bancos rústicos, escaleras y caminos para facilitar los paseos por ellos. Es un lugar donde se respira tranquilidad y donde el único ruido que se oye es el de los pájaros y el de las transparentes aguas del río cayendo en cascada al pasar por el molino.

El restaurante es una agradable estancia con techo de vigas de madera y donde aún se conserva el antiguo horno de cocer el pan. Dispone de menús de varios precios, incluso de varios menús para niños. En él podremos disfrutar de platos bien elaborados de la cocina tradicional de esta tierra, como la empanada gallega, el atún marinado con verduras o el jarrete estofado con gratén de patatas.