Lenguaje corporal para que practiques con tu amorcito. (Parte II)

En la nota anterior, hemos hablado de lo que significa el lenguaje corporal, y hemos aprendido algunos pequeños trucos para practicar con nuestro chico para despertar en él sentimientos que creíamos olvidados. Pero como nunca es poco en cuestión de trucos para con los hombres, en esta segunda entrega aprenderemos 4 trucos más para hacerlo reaccionar. Lenguaje corporal para que practiques con tu amorcito. (Parte II)

Un fuerte abrazo: La próxima vez que abraces a tu chico, no lo hagas a las apuradas. Rodéalo con tus brazos y presiona con una mano la zona de su espalda que está por debajo de los hombros y con la otra tómalo de la nuca, utilizando la palma y las yemas de los dedos mientras aprietas tu pecho contra el suyo. Esta clase de abrazo es muy femenino, por lo tanto le estarás enseñando a tu pareja algo que tal vez no conozca, pues en general, el varón aprieta, da palmaditas y no acaricia. No olvides quedarte colgada de él por unos cuantos segundos y notarás como después le costará separarse. Este tipo de abrazo es una manera de darle a entender que quieres luchar contra lo pasajero y hacer que el vínculo entre ustedes dure, que te gustaría retener ese instante para siempre. Por todo esto, cuando aprietas ese punto súper sensible de su espalda le estarás inspirando sentimientos felices, y si lo haces con una frecuencia regular, él comenzará a asociar directamente sus sentimientos de goce con tu presencia.

Tomarse del brazo: Muchas mujeres, mientras están caminando con su chico por la calle, instintivamente deslizan su brazo por el interior de su codo y lo toman del brazo. Esta situación, aunque inconscientemente para ellos (y para nosotras también), genera una cuota extra de confianza. Aunque el gesto no resulta muy habitual en las parejas jóvenes, indica una relación de pares en la que no hay jerarquías, en la cual los roles se pueden intercambiar y la igualdad es total. Sin embargo, al hombre le cuesta demasiado dejarse conducir, por lo cual, si logras que sea el quien te tome del brazo, será un buen gesto de confianza de él hacia ti.

Tomarse por la cintura: Bien sabido es que la cintura resulta ser una de las zonas más sensibles del cuerpo, y por eso, cuando rodeas la suya con un brazo y dejas tu mano posada ahí, se produce un impacto físico y emocional en la cabecita de tu chico. Y resulta ser que la cintura es el enlace del torso con la zona genital, por lo cual, ese gesto, afirma sin disimulo el amor y el erotismo al mismo tiempo, y se indica el gusto enorme por la cercanía física del otro. La cintura del hombre es una parte del cuerpo muy vulnerable y poco estimulada, por lo cual, si le das mimos en esa zona, la traducción mental de tu chico será que nunca tratarás de lastimarlo. Resumiendo: sin saber por qué, tu chico sentirá automáticamente mas confianza en tu persona y eso resulta fundamental para consolidar el amor.

Masajes en la cabeza: Aprovecha los momentos en los que no tengan que hacer nada, o mejor dicho, cuando se estén dedicando pura y exclusivamente a descansar, para darle a tu chico un buen masaje en el cuero cabelludo. Cada pelo de su cabeza tiene terminaciones nerviosas, por lo que, pasar tus manos por esta zona sensible le resultará una experiencia híper estimulante. Para darle el máximo de placer, utiliza tu mano entera, y de esta manera, abarcarás un montón de terminales nerviosas al mismo tiempo. Este masaje puede servir como preparación para la etapa sexual o simplemente quedar en eso, pero de cualquier modo, le ayudará a tu chico a poner las ideas en orden y le provocará la sensación de estar flotando en el espacio. Para lograr un efecto insinuante, apóyale tus pechos en la espalda o en los hombros, así como quien no quiere la cosa, pues a tu chico le encantará ese contacto. Lo dijimos en el principio de esta nota: «Nunca es suficiente en cuestión de trucos para con los hombres«, por eso, no te pierdas la tercer y última entrega de esta nota, en la que daremos un par de trucos más y también algunos consejos sobre lo que «no hay que hacer» con los hombres en cuestión de lenguaje corporal. Pulsa aquí para ver la Parte I.