Arribes del Duero: un fin de semana para conocer su espectacularidad y belleza

Para aquéllos que aún no hayan planificado dónde pasar su próximo fin de semana libre, y sobre todo si son personas amantes de la naturaleza y de los hermosos paisajes, una opción por la que decantarse la pueden encontrar en la comunidad castellano leonesa. Arribes del Duero: un fin de semana para conocer su espectacularidad y belleza En dicha comunidad se encuentra uno de los espacios más impactantes y espectaculares de los que podemos encontrar en nuestro país, el Parque Natural de los Arribes del Duero, un lugar de una majestuosa belleza que posiblemente no olvidemos jamás.

El Parque se extiende entre las provincias de Zamora y Salamanca, y se trata de un espacio protegido, en el que podremos contemplar los famosos “arribes”, que no es otra cosa que el caprichoso resultado que la erosión y las aguas del Duero han ido causando al paisaje durante siglos.

A lo largo de un recorrido de unos 100 kilómetros, y haciendo de frontera natural entre nuestro país y la vecina Portugal, el río Duero discurre entre impresionantes cañones, de una gran espectacularidad y grandeza, un escenario de tal magnitud que uno se siente encogido y pequeño mientras lo observa, incluso con cierta inquietud de ánimo, ya que el paisaje desprende una atmósfera de soledad que en cierta manera nos contagia.

Cabe destacar que todo este recorrido tiene muchas zonas que son prácticamente inaccesibles. Quizás gracias a esto el lugar destaca por la riqueza de su fauna autóctona, riqueza que suele existir allí donde no alcanza la mano del hombre. Así, se pueden encontrar más de 200 especies diferentes de animales, como el gato montés, el buitre leonado, el águila real o el lobo.

El hecho de que digamos que es inaccesible no quiere decir que no se pueda contemplar desde alguno de los pueblos de la zona, en muchos de los cuales existen miradores desde los que se pueden ver trozos muy bellos.

Sin embargo, si de verdad queremos ver todo el recorrido, tenemos una manera de hacerlo y que es muy recomendable: navegando por el Duero, y siguiendo su discurrir junto al Gran Cañón. Es una experiencia única e irrepetible, que se aconseja hacer por lo menos en un par de días, para disfrutar más de ella y sacarle el máximo partido. En las cercanías hay casas rurales en las que uno se puede alojar.