Belleza para la montaña

El invierno es la mejor época para realizar aquellos tratamientos que ayudan a realzar la salud de la piel luego de las exigencias sufridas sobre los meses estivales. Sin embargo, aquellos que paleen visitar la nieve, deben tener en cuenta algunos tips para asegurarse de no sufrir ningún contratiempo. Belleza para la montaña

Al finalizar el verano, la piel ha estado en contacto permanente con factores extremos como los rayos del sol, la arena y la sal, en el caso de aquellos que fueron a la playa. El invierno, por su parte, cuenta con la ventaja de una menor exposición a los rayos UV, lo que permite realizar tratamientos rejuvenecedores, pero también presenta algunas particularidades, para las cuales es necesario estar preparados. La exposición al frío, los fuertes vientos y el constante deambular por ambientes calefaccionados, tiene como resultado una mayor posibilidad de resecamiento de la piel, llegando incluso a producirse fisuras en los casos más extremos. Es por eso que la protección de la piel, especialmente de la cara y de las manos, debe lograrse a través de una hidratación adecuada. Y para ello, es fundamental utilizar cremas hidratantes y beber agua en cantidades adecuadas para impedir la deshidratación. En los labios, por ejemplo, lo mas conveniente es utilizar protectores labiales hidratantes y evitar humedecerlos con frecuencia, ya que el frío puede ayudar a producir una irritación adicional. Para aquellos que tiene la suerte de viajar a centros de ski, hay algunas recomendaciones especificas que son fundamentales: si bien los tratamientos de belleza son una buena manera de recuperarse de los daños producidos por la alta exposición solar del verano, es imprescindible suspenderlos al menos una semana antes de emprender las vacaciones, ya sean cremas con ácidos, IPL, láser, peelings o depilaciones faciales entre otros. También es importante utilizar una pantalla solar con factor de protección 50 o superior y lo ideal es aplicarla media hora antes de exponerse al sol, y reponerla periódicamente hasta las 16 hs. No hay que olvidarse de utilizar protector labial específico, que además puede resultar muy efectivo para el cuidado de los párpados, que son tan sensibles como la boca. Es importante destacar que el sol puede ser más peligroso para la piel en invierno que en verano, ya que los rayos solares que se reflejan en la nieve potencian el daño en la piel. Con respecto a las manos, como su piel es más fina y contiene menos glándulas sebáceas, sumado al hecho que suelen estar expuestas casi todo el día, tienen mayor tendencia a resecarse. Y para protegerlas es muy útil aplicar rema de manos varias veces al día y salir a la montaña con guantes protectores, aún cuando no se está esquiando. Por último, al finalizar el día, no hay que olvidar higienizar bien la piel del rostro y aplicar una buena crema hidratante para que se recupere durante la noche.