Cómo cuidar nuestros riñones

Resulta muy importante estar alerta en el cuidado de nuestros riñones ya que las enfermedades de éstos suelen presentarse generalmente, de una manera asintomática. Conocer la forma en que nuestro organismo funciona puede ayudarnos favorablemente a mantenerlos sanos. Cómo cuidar nuestros riñones

Actividad de los riñones

Nuestros riñones son una maquinaria compleja que a diario procesan unos 180 litros de sangre para poder eliminar los productos no deseados de nuestro metabolismo, así como el exceso de agua y de sales que salen en forma de orina.

La actividad principal de éstos, además de eliminar todo tipo de sustancias tóxicas que no necesita nuestro organismo, es la producir las hormonas necesarias para que se formen los glóbulos rojos y los huesos, así como regular la tensión arterial y controlar el pH, el agua y las sales del cuerpo.

Si los dos riñones están perfectamente sanos, cualquier persona contará con el 100% de la función renal, aunque también puede mantenerse perfectamente sana con tan sólo el 60% siempre que su función permanezca estable.

Si por algún tipo de enfermedad los riñones dejan de funcionar correctamente, se va produciendo una acumulación de sustancias tóxicas progresivas, así como de sales y de agua, además de alterar la formación de glóbulos rojos, fallos en la tensión arterial y una deficiencia en el metabolismo correcto de los huesos.

Estos sucesos pueden llegar a generar síntomas como sensación de debilidad, cambios en el peso, mareos, fatiga, vómitos, náuseas, cambios en el aspecto y en la frecuencia de la orina, hinchazón en el cuerpo, calambres y dolores en los músculos o alteraciones en el sueño, aunque no siempre suelen presentarse síntomas cuando los riñones comienzan a fallar.

Variables a tener en cuenta

Es importante cuidar la alimentación para ayudar a reducir el riesgo de sufrir problemas renales. Para ello debemos tener cuidado con el consumo de proteínas ya que aunque se ha demostrado que son muy importantes para nuestro organismo, restringirlas de una manera moderada ayuda a disminuir la velocidad de la pérdida de nuestra función renal.

La proteína se encuentra sobre todo en los huevos, en los lácteos y en las carnes. Unos riñones que estén sanos retiran los desechos de la sangre que sean tóxicos y que procedan de las proteínas, tarea que se ve dificultada de una manera progresiva cuando empeora la función de los riñones.

De igual manera una ingesta de comidas ricas en grasas de tipo animal y que tengan cantidades grandes de colesterol, suelen aumentar su circulación en la sangre por encima de unos valores que sean seguros. Y es que el colesterol se va acumulando en las paredes de los vasos sanguíneos generando diferentes trastornos dentro de diferentes zonas de tipo vascular incluidas las renales que pueden llegar a provocar isquemia.

Unos riñones sanos van retirando de una manera natural el exceso de sodio que se encuentra en las frutas, en las verduras y en algunas frutas secas. En cambio unos riñones que estén enfermos llegan a sufrir delimitaciones muy grandes para poder hacerlo lo que conlleva una alta concentración de potasio que puede llegar a afectar a la frecuencia cardíaca.